Baños de Cortegada
Y Una joya recuperada.
A modo de modesta
contribución a la recuperación de esta joya, me atrevo hoy a proporcionaros
unos breves datos de lo que fue la historia balnearia de este centro de salud
considerado en tiempos como uno de los más interesantes de Galicia.
El edificio se conoce
como Balneario Histórico de Cortegada,
1937, a fin de diferenciarlo del actual centro termal, y al mismo tiempo de los
antiguos restos que se conservan de los primigenios baños; y como su nombre recoge,
se remonta al año 1937, hoy intentare recuperar los antecedentes, pero ya de
antemano os sugiero que programéis una visita de al menos un día, que contemple
tratamientos de salud y una excelente comida, no os defraudara...
Comienza la historia
en aquel lejano siglo XV (1497), cuando se sabe que el monasterio de Celanova
aforaba monte y baños de Cortegada; cuentan que la curación de un joven monje
con graves problemas de piel, despertó el interés de los benedictinos por estas
aguas.
Sin embargo no es hasta 1810 cuando encuentro la primera referencia publicada de este centro termal, es en el Diccionario nomenclátor de las ciudades, villas, aldeas, caserías, cotos, ventas, castillos y prioratos de todo el reino de Galicia una obra firmada por José Villarroel Pérez de Baños, donde recoge el siguiente texto:
Abundan
las fuentes minerales en las márgenes de los ríos Miño y Sil, Partovia,
Carballiño, Melón, Cortegada, Molgas y Bande.
En otro texto de la época Agronomía o Diccionario manual del labrador.
Alletz, Pons-Agustín,
1703-1785 Madrid: En la Imprenta de la Parte, 1817), a
falta de un análisis minucioso de su composición, nos explica las virtudes
generales de las aguas minerales: El
agua tomada en cantidad razonable, refresca y humedece, y por si sola es
un gran diluente; pero su exceso
debilita en mucho el estomago. Entre las propiedades que se le
atribuían me llama la atención la de: dar al vientre más libertad. Y
ya refiriéndose de manera específica a
las de Cortegada nos dice que: estas aguas se beben y bañan.
Pero
permitidme que no sea yo quien os hable de las salutíferas aguas del balneario,
ni siquiera de los cambios que a lo largo de la historia han tenido sus
instalaciones y fuentes, que por cierto los expertos deberían aclarar las ubicaciones
exactas, ya que los cambios que en el tiempo ha sufrido la zona hacen difícil
de seguir el relato. Cierto es que durante mucho tiempo la casa de baños se
montaba y desmontaba para la temporada, ya que el Miño tenía la mala costumbre
de crecer y llevarse todo lo que no estuviera perfectamente asentado. Y que la
construcción del embalse de Frieira
supuso un varapalo para todo lo que históricamente formaba el complejo termal,
las cuatro fuentes primigenias Baño de la Piedra, Baño del Monte y Baño del
Campo además de la fuente de aguas ferruginosas desaparecieron debajo de las
aguas del embalse.
Comparad esta imagen con la otra que os muestro
de este edificio; las aguas actualmente
convierten la balconada en el costado de un hermoso barco.
Hoy mi intención es la de recuperar las
noticias y publicaciones en las que se hable de Cortegada a lo largo del
tiempo.
La primera
nos lleva al 1850, año en que se ejecutó a uno de los bandoleros mas celebres
de la provincia de Ourense: Manuel Álvarez Romero, entre las penas que expiaba
ese día figuraba el secuestro que 10 años antes (1840) había llevado a cabo el
bandolero, en los baños de Cortegada, cuando a la fuerza se llevo al Sr.
Bossueira a Oporto donde fue sorprendido y encarcelado.
En esa
misma línea y sin duda motivado por la situación geográfica de Cortegada (muy
próxima al país vecino) en 1842 leo que se decide por parte del gobierno
provincial, la instalación de un destacamento militar para evitar la fuga de
desertores. Por cierto n el mismo boletín se anuncia la cesión de terrenos al
balneario para fomentar su crecimiento en vista de la cada vez mayor afluencia
de pacientes.
En 1850 otro tratado medico el Formulario universal o guía práctica del médico del cirujano y del farmacéutico de Francisco Álvarez Alcalá, informa a todos los profesionales sanitarios de las virtudes de esas aguas, aunque tampoco esconde que su olor y sabor no son precisamente agradables: “olor a huevos podridos y de sabor análogo al olor, e ingrato”. A pesar de esa desagradables características, sus resultados tenían fama de excelentes cono indica que en 1867, fueran 1236 los pacientes tratados de manera oficial en el balneario. Esa cifra para aquellos años muy elevada, chocaba también con la traba que suponía el deplorable trazado y conservación de los accesos (hoy han mejorado sustancialmente pero...)
Postal que muestra
la antigua instalación de la que quedan restos, y según mis datos año tras año
se desmontaba para evitar los efectos de la crecida del Miño
En 1880 La Ilustración Gallega y Asturiana publicaba un extenso artículo titulado Hidrología médica de Galicia y Asturias. En el que lo que me llama la atención es que el autor, ya reconocía que el enclave donde estaba este centro termal, “ocupa uno de los lugares mas amenos y pintorescos del mundo”.
En 1883 Cesáreo Rivera en la primera Guía de Galicia nos cuenta cómo eran las instalaciones: “En un pequeño emplazamiento que forma la orilla del rio se ven dos edificios de madera. El mayor es elegante y está dividido interiormente en habitaciones bien dispuestas para el baño, que se toma en pilas de granito, el otro es verdaderamente primitivo y cobija la fuente de agua que se usa en el interior....”. En la postal que os enseño podéis ver los dos edificios, y en cuanto a la ubicación yo me arriesgaría a decir que aguas abajo a unos 50 metros aprox. del actual. De las bañeras que se citan creo no equivocarme si digo que un claro ejemplo son las que se pueden ver en el museo hoy creado.
En 1892, Fortunato Domínguez Puentes abre el primer hotel de la zona (Hotel Moderno”, y años después se convertía en copropietario del balneario.
Como siempre se quedan muchos datos en el tintero, pero no quiero dejar de cerrar el artículo igual que lo empecé, con una noticia que se encuadra en la crónica negra Ourensana. En 1896 una carreta se acerco al fielato del puente, y cuando el funcionario inspecciono la mercancía, se encontró con un cadáver. No se trataba de ningún crimen ni delito al margen del administrativo por no haber solicitado autorización para el traslado del fallecido. Los hechos se remontaban a unos 5 años atrás en que un paciente natural de O Bolo falleció en el balneario por causas naturales y la familia había decidido trasladarlo al cementerio de A Mezquita para que volviera a su tierra.
Si queréis profundizar en el tema Termal, la empresa que gestiona el actual balneario tiene una web con mucha información y el amigo Secundino Lorenzo “Chicho” en su página Ourense natural también proporciona mucha información aquí os dejo los enlaces
http://www.balneariodecortegada.com/historia/
https://ourense-natural.es/balcortegadac.htm
Viejo Balneario