La foto es de las muchas que me prestó mi amiga Maite Rodicio. Domund Años 60 |
Poco a poco muchas costumbres van cambiando y uno de esos cambios para mi gusto es a peor, la interacción entre personas, se esta resintiendo del uso abusivo de las tecnologías. Cada vez son mas los jóvenes y niños que prefieren quedarse delante de una pantalla en lugar de salir a disfrutar de la compañía de sus amigos, cierto es que supuestamente están conectados, pero no es lo mismo....
Me vino esto a la cabeza, porque sigue celebrándose, y gracias al espíritu solidario, sigue teniendo éxito, el DOmingo MUNDial de las misiones, DOMUND. Y en muchos casos era una de las primeras ocasiones en que salias con tu pandilla a recorrer la ciudad con libertad, lo de jugar en la calle debajo de casa, o en el jardín, (o alameda, o parque), tenia limites, sin embargo el DOMUND....
Creo recordar que fue el año de la primera comunión o el siguiente (8 o 9 años), cuando me permitieron coger una de aquellas huchas, con forma de cabeza de Chinito, Negro o indio americano...., (mejor no entrar en debates, sobre el tema porque seria muy escabroso...), con ellas te daban unas pequeñas pegatinas con las que tenias que recompensar a los donantes, y creo recordar que también llevábamos unos cuantos banderines, que eran para los mas rumbosos, (generalmente padres y abuelos eran los que se quedaban tal galardón); años después se cambiaron por el frió sobre que te daban para que la familia hiciera un donativo especial....
Armado con esos artilugios, quedabas con tus colegas y los primeros diez minutos en tropel , por el Paseo, Santo Domingo etc, las calles mas concurridas; asaltabas a todo lo que se movía, "una limosna para el Domund", de tanto repetirlo ya notabas que tu poder de convicción estaba perdiéndose y con el tu moral al ver que no era fácil conseguir llenar la hucha, era lo normal, teniendo en cuenta que en el mismo momento y lugar se reunían todos los infantes de la ciudad, y los donantes no tardaban en aburrirse también.
Por fortuna incluso en esto existió de siempre la selección natural, y después de esos "diez" minutos iniciales, comenzaban las deserciones, tanto en tus filas como en las de grupos competidores y la fortuna para los persistentes mejoraba considerablemente, con lo cual la moral, se retro alimentaba. Los que conseguían fuerzas para salir los tres días, podían obtener recaudaciones respetables, (y con ellas una mejora en ciertas notas del curso....).
Leyendas urbanas hablan de que en las tiendas de chucherías esos días aumentaba la facturación considerablemente, se decía que alguien con un cuchillo era capaz de sacar alguna monedilla de la hucha, pero yo creo que eso eran solo habladurías...