Marcolfo Ourensano desde el siglo XII???
Y otros detalles originales de nuestra catedral
Sin duda que me gustaría, pero tampoco me duele reconocer que no estoy descubriendo nada. Fue mi buen amigo Adolfo Rego, quien me presento a este Ourensano que a buen seguro la mayoría aun no habéis tenido el gusto de conocer.
Se me ocurre intentar que lo mismo que en Salamanca visitantes y principalmente estudiantes, escudriñaban atentamente la fachada de la Universidad en busca de la Rana que propiciara su aprobado, (y seguramente que la tradición se cumplió hasta que algún “virtuoso” decidió publicar su ubicación en las redes ¿con que finalidad???) ; o en la hermana villa de Bayona el paseo de Monte do Boi, (el que rodea el parador, permitiendo disfrutar de la brisa marina) se puebla de veraneantes buscando o Boi que da nombre al Paseo y que por ahora creo mantiene su privacidad como debe de ser...
Pudiera ser un aliciente para los turistas que nos visitan intentar descubrir a Marcolfo, la recompensa habría que decidirla, pero si os fijáis en lo que lleva entre las piernas el muchacho, seguramente a muchos se le ocurran premios de todo tipo y para todos los sexos, sin discriminación.
Para los más curiosos existen ya varios textos y foros donde se ha tratado el tema, por personas con amplios conocimientos sobre la historia y sus historias, y os aseguro que podéis divertiros conociendo a nuestro amigo Marcolfo.
Admito que su lectura resulta un poco densa para los que no tenemos conocimientos amplios del tema; pero si lo que buscamos es descubrir una parte de la catedral y entender toda la obra esculpida en ella os acabara enganchando.
Nuestro amigo Marcolfo aparece en la página 25 después de que se haya sugerido, y casi demostrado la presencia del rey Salomón y la Reina de Saba en la fachada de nuestra catedral. De él se nos dice:... /corta estatura, descomunal cabeza, rasgos faciales caricaturescos, piernas cortas y arqueadas.../. Continua el profesor describiendo al personaje diciendo que viste una cortas túnica que se abre por delante para dejar al descubierto el descomunal miembro viril del personaje. Y entre otras muchas informaciones se nos confirma que no es habitual la presencia de Marcolfo en estas escenas, únicamente se le puede encontrar en nuestra ciudad, en la catedral de Chartres (Francia) y en la de Tuy (Pontevedra).
Aquí os dejo el enlace al libro del profesor Moralejo, porque no me consta que se haya publicado en papel: https://docplayer.es/71944483-Serafin-moralejo-iconografia-gallega-de-david-y-salomon.html
Intentando averiguar más datos de nuestro personaje, además de interpretar que se le suponía un “consejero” del rey Salomón con ciertas prebendas, parece ser que en ocasiones sus comentarios eran demasiados arriesgados y su vida llego a peligrar. Hubo también quien lo comparo con el bonachón y sincero Sancho Panza de nuestro Quijote, (a pesar de la diferencia de edad, Marcolfo siglo XII, Sancho siglo XVII).
Con la intención de que le cojáis cariño a nuestro Marcolfo aquí os reproduzco alguna de sus hazañas:
Marcolfo ha irritado tanto al rey con sus procacidades y comentarios, que este le dice que no quiere ver más sus ojos delante de él. Esa noche cae una gran nevada y Marcolfo toma un colador en una mano y una garra de oso en la otra y poniéndose los zapatos al revés, camina a cuatro patas sobre la nieve, hasta un horno fuera de la ciudad. La gente del rey, al ver esas extrañas huellas, sigue a Salomón con sus perros para cazar tan extraña fiera. Al llegar al horno, descabalgan y se asoman por la ventana y se encuentran delante mismo de sus narices el culo de Marcolfo acompañado de sus coglioni, (pienso que no necesita traducción esta palabra...) y l'uccelo (que debe ser el pajarito).
El rey pregunta: ¿quién es ese?, contesta Marcolfo: sono io. Y el rey: ¿por qué estas de esa manera?. Pues porque dijiste que no querías verme más los ojos, así que tendrás que verme el culo.
Su última gracia se supone que fue cuando Salomón decide ahorcarle, Marcolfo pide como última gracia que le permitan elegir el árbol del que será colgado y hace un interminable recorrido por el oriente bíblico sin encontrar árbol de su gusto, por lo que escapa a la sentencia real.
Aquí os dejo el enlace a dos foros en el que interviene, (o intervenía porque últimamente los visito poco), gente de amplios conocimientos y gran generosidad al compartir sus datos.
https://foro.amigosdelromanico.org/ https://elpasiego.foroactivo.com/.
El primero es un detalle que me recordó recientemente mi amiga Pura Val, quien me preguntaba por el pozo que está dentro del templo, y me enviaba una fotografía.
El pozo en cuestión se encuentra dentro de la capilla de San Juan, que hasta no hace mucho se utilizaba como un almacén; allí en tiempos se guardaban las sillas, reclinatorios y cojines que muchos feligreses cogían para estar más cómodos durante el culto; me recuerdan que el precio era de 0,25 pesetas.
Aunque técnicamente se considere termal (por el rango de temperaturas que tiene), se trata de agua procedente de una veta de las frecuentes en la ciudad sin ningún misterio a su alrededor, ni tiene conexión con las Burgas ni brota desde los pies del Santo Cristo. En su día se utilizó para servicio “domestico” de la catedral. Gracias a este pozo se pudo resistir asedios como los del Conde de Benavente, pero su principal uso era el de llenar la pila bautismal y calmar la sed del sacristán y su familia que por cuestiones de seguridad vivían en el templo.
Otro detalle original, es la proliferación de tableros pétreos en el templo, (6 en total..), nada que ver con los más de 200 que se pueden encontrar en la catedral de Santiago y su entorno, pero no dejan de ser suficientes como para propiciar un estudio sobre ellos. El arqueólogo J.M. Hidalgo Cuñarro, los tiene catalogados y ha publicado varios trabajos sobre ellos (Porta da Aira nº12,...) .
Y para terminar os propongo que intentéis buscar a otro personaje. Yo le llamo el ángel dentista, aunque habrá quien lo identifique mas con el trabajo de carpintero, pero eso es cuestión de ponerse de acuerdo, lo primero es saber dónde encontrarlo.
Para otro día quedan un par de leyendas que aunque lo habitual es que no se correspondan con la realidad, siempre dan juego y ayudan a ver monumentos tan grandiosos como este con mas interés.