Os había comentado la colaboración de don Manuel Rego Nieto, y aunque tarde, aquí tenemos el segundo capitulo. A través de su libro "Orense" tenemos una visión del Orense que el había conocido, al igual que yo intento recuperar en muchas de mis entradas, el que yo viví. Es el mismo, pero en ocasiones tan diferente..... a ver si sabéis algo de la simpática anécdota que nos recuerda al final, sobre la venta de este solar, el protagonista era flamante propietario de uno de aquellos Ondine que tanto me gustan.......
La alameda del Crucero, un parque mutilado.
La han mutilado. Arrancado todos sus viejos y frondosos arboles. Trasladado su hermoso crucero para la hoy plaza de la Magdalena, en un lugar donde mas necesaria era una zona verde.
Escoltada por las calles del Progreso y Concejo, donde se han "plantado" edificaciones modernas, solo queda el chalet que albergara a la academia Boveda, lugar este donde varias generaciones de orensanos cursaron los estudios de peritaje mercantil, para luego tener que ir a examinarse a la Escuela de Altos Estudios Mercantiles en La Coruña.
Los nombres de Vicente Boveda, Luis Acuña, Alberto Vilanova, Raul Gonzalez.... y muchos mas están presentes en los que hoy son hombres hechos y derechos de este Orense laborioso.
Luego de la guerra civil y antes de que en el Parque de San Lázaro, el gran artista Asorey levantara el hermosisimo monumento que aun existe, otro mas humilde a los Caidos --una cruz que debiera a coger a todos--, había sido colocado en la Alameda del Crucero; alameda esta que supo de romances amorosos, de lugar sombrío por el viejo arbolado y en cuyo césped degustaban de las viandas gentes llegadas "de la aldea" y que venían a pasar el día a la capital. Alguien llego a tener la osadía y el ingenio de "vender"esa parcela, luego de dejarla señalada con sus correspondientes estacas.
Era otro Orense, lejano y diferente.