sábado, 31 de octubre de 2020

La Biblioteca Provincial

 Fotografía del salón de lectura en la biblioteca con las magnificas estanterías de Nogal, que se quemaron el  año 1927, la fotografía podría ser de los días antes de la inauguración en 1896 y forma parte de la colección de la Biblioteca Publica

La Biblioteca provincial bibliotecarios y traslados

   Son semanas las que tiene de actividad nuestra Biblioteca provincial en su nueva ubicación, esperemos que sean muchos los años que este dedicada al servicio de la ciudad. Hoy para los nostálgicos voy a recordar cómo fueron sus inicios y el peor momento que vivio la institución, al tiempo que cito a los primeros bibliotecarios que la han dirigido.

    El 1º de Octubre de 1845, comienza a funcionar en Ourense, la Biblioteca Provincial, aunque su inauguración oficial se retraso hasta el 20 de junio de 1847

El local designado para su ubicación, fue el ex convento de San Fernando (Jesuitas), en la calle del Instituto (Lamas Carvajal), instalaciones que compartiría con el instituto Provincial y el Seminario. Coincidentemente a finales del siglo XIX, se decidió crear las bibliotecas provinciales en España, y donde no fuera posible, se suplía la carencia con las de los Institutos. 

    Fue su primer director, Don Bonifacio Ruiz, abad exclaustrado de Celanova; (gran conocedor de las joyas que atesoraban los conventos desamortizados). Sus conocimientos, le permitieron conseguir reunir en poco más de año y medio; 12.000 volúmenes y 128 cuadros procedentes de Celanova, Oseira, Melón, San Clodio, Santo Domingo y San Francisco de Ourense. 

(En 1859 se cita en varios textos a  don Bonifacio, desempeñando el cargo de Arcediano en Astorga, pero no me ha sido posible confirmarlo)

Instituto en la calle Padre Feijoo

    A Bonifacio Ruiz, le substituyo en la dirección, otro gran hombre, Don Juan Manuel Amor Pereira, quien en 1875 se hizo cargo de la institución; el habría de ser el encargado del  traslado que después de 51 años se hizo a la que se esperaba fuera su sede definitiva, en el nuevo edificio del Instituto Técnico Provincial; en las cercanías del jardín del Posío.

 El 1º de junio de 1896, se reunían en el mismo edificio, la mayoría de las instituciones y organismos culturales de la ciudad. Instituto Provincial, Escuela de Artes y Oficios, Biblioteca, sede de la Comisión Provincial de Monumentos y Museo Arqueológico;(aun hoy pueden verse en la entrada de la calle García Mosquera del actual instituto Otero Pedrayo, las inscripciones que señalan donde estaban la Comisión y el Museo Arqueológico).

La inauguración oficial fue el  1º de Octubre de ese mismo año.

El 28 de abril de 1911, se jubila Don Juan Manuel Amor,  y es substituido por otro Ourensano de renombre, Don Juan Fernández Pérez “Xesta”, (según nos cuenta Don Luis Martínez Risco Daviña en la magnífica biografía "Memorial Juan Xesta", editada por la Diputación Provincial; la toma de posesión se produciría el 6 de mayo do 1919, lo cual dejaría sin cubrir el puesto de director más de ocho años. Creo que esa fecha se refiere a su nombramiento como  responsable del  archivo de hacienda, en la biblioteca; pero su nombramiento como director posiblemente sea anterior, sin ser tampoco la de abril de 1911, ya que en Julio de 1911 aprobó la oposición al cuerpo de archiveros y bibliotecarios del estado, y hemos de suponer que tuvo que pasar algún tiempo antes de producirse el nombramiento).

Paraninfo del instituto después del incendio de 1927

  Don Juan “Xesta” seria quien habría de vivir el peor momento de la historia cultural de nuestra ciudad: la noche del 7 al 8 de diciembre del año 1927, un incendio de origen aun hoy desconocido, destruyo casi por completo las instalaciones  de la biblioteca, afectando también aunque en menor medida otras dependencias.

     Por fortuna no hubo perdidas personales, pero las materiales fueron enormes; de hecho lo poquísimo que se consiguió rescatar según cuentan, fue gracias a la arriesgada actuación de algunos estudiantes y personas de la zona, que con gran arrojo entraron por las ventanas, y desde esos mismos huecos, lanzaron al a calle lo poco que el fuego les permitió recuperar.

     El propio Juan Xesta, abandero la reconstrucción de los fondos, y consiguió la que fue hasta no hace muchos años nueva ubicación en el Palacio Provincial (Diputación), pero esa es otra historia.