viernes, 14 de junio de 2019

Mis Recuerdos y Dacunha


¿Recordáis esos carricoches, como el que está a la derecha de la imagen?, las panaderas los usaban para el reparto. (Foto Conservada en el Museo Etnolóxico de Ribadavia Fondo Guedes Pacheco)

Hace unos días publiqué en el blog esta entrada, supongo que muchos la recordaréis;  el caso es que me gusto ese recuerdo de mis diez - doce años y me apetece compartirlo también con los que me siguen en La Región. (perdón por la duplicidad). He cambiado una foto y un par de detalles para que no sea igual.


*Mi Progreso y Quin Dacunha…..

Buenos recuerdos, 

Unos amigos de Taboadela me prestaron unas imágenes para ellos muy importantes porque le recuerdan a un familiar.  A mí me devuelven a la infancia, cuando ese tramo de Progreso entre la gasolinera y la alameda era: "mío".


    De la Alameda al cruce de Cardenal Quiroga (hoy Alejandro Outeiriño) nada escapaba a nuestro infantil control, bueno si acaso la acera de los pares, pero es que esa era muy aburrida, Obispado, Simeón (aunque no soy tan mayor, recuerdo aun las oficinas bancarias y los almacenes, hoy como todos sabéis es el centro cultural Marcos Valcárcel) Diputación, nada interesante, el resto, bueno.... La imprenta Popular donde descubrí aquellas "prensas terribles" que en alguna ocasión  vi funcionar  cuando una de las actividades en los días previos a la navidad era coleccionar calendarios de equipos de fútbol, (otros niños ya mayores que nosotros cogían unos que escondían rápidamente en el bolsillo y el que se los daba ponía una cara como de complicidad, ¿serian postales de santos?). A continuación una de las  ferreterías que poblaban la calle (cuatro creo recordar) y a su lado la droguería de Pastor Fábrega que era lo que quedaba en la zona, del emporio familiar, (el edificio de la esquina, propiedad de los Espada se conocía de aquellas como casa Fábrega, por la farmacia de don Luis Fábrega situada en el bajo).  Ahh me olvidaba en el portal al lado de la imprenta estaba un kiosco de los que te permitían cambiar "chistes y novelas", pero yo era mas de Marina en la calle de la Paz, por eso se me olvidaba. El tramo siguiente de la calle ya era “muy lejos”, había un aroma que nos atraía (Mil hojas), la armería de Marcial…., pero eso ya es otra historia.
   Ahora que escribo estos datos, se me amontonan los recuerdos, perdonadme si están un poco embarullados. También me estaba olvidando de citar al comercio que ocupó después el local de la Farmacia FábregaModas Nathalie Confección femenina, regentado por la mujer de Antonio el de "El Águila" Confección masculina (mis vecinos), El local de Antonio estaba donde los mayores de 70 sitúan la mítica peluquería de Linares, esquina Progreso con Reza, (hoy allí está un negocio de venta de Santos); otro día os hablaré de Antonio con más datos, buena gente y un gran coleccionista de coches….
 Hoy con estas imágenes delante voy a descubriros uno de mis secretos de infancia, nada grave ni escabroso, pero en casa no lo sabían, y eso a los diez años....  ¿Recordáis un local muy pequeño casi sin escaparate que estaba enfrente aprox. del cruce de Cardenal Quiroga?, seguro que sí. Era Bicicletas Dacunha.
    El local, aparentemente era muy pequeño, pero por unas escaleras accedías a la exposición de bicicletas "para mi" (os recuerdo que tenía +-10 años),  más alucinante que podías imaginar, pero lo mío no eran las bicicletas nuevas, de hecho era muy raro que yo pasara por ahí. Al lado del local había una puerta de acceso al edificio, y al entrar por ella en lugar de subir las escaleras, continuabas hacia el fondo y por un pequeño pasillo llegabas al "reino de Dacunha"; confieso que algo mío, también.

        Aunque hablo de cabeza y sabéis que me falla más de la cuenta, recuerdo  que llegabas a una zona al aire libre con varios habitáculos pegados a la pared, en ellos estaban las herramientas para solucionar cualquier problema de "aquellas" bicicletas, lo de aquellas va con segundas , hoy se habla de fibra de carbono, acero etc etc, de aquellas los frenos eran de varillas de acero….. ¡Bueno a lo que iba!, el caso es que en verano principalmente me dejaban ir a la alameda con la bici, y yo cogí por costumbre antes pasar por el taller; no recuerdo como, ¿quizás la amistad con José Luis del restaurante Orensano que seguramente Dacunha conocía por vecindad?, no sé.  El caso es que poco a poco lo que en un principio era dar aire a las ruedas se fue convirtiendo en pasmar viendo como se arreglaba un pinchazo, como se sustituía un radio de la rueda, como se ajustaban las zapatas del freno, o como se recolocaba la dinamo de aquellas bicis que llevaban luz...... Como os decía, no recuerdo si yo me ofrecí a revisar un neumático pinchado o si Dacunha me pidió ayuda para algo, el caso es que poco  a poco fui haciendo pequeños apaños, localizar el pinchazo metiendo la goma en un pilón que allí había, y marcándolo para que el “jefe” lo arreglara, hasta que llego un momento en el que me permitía que desmontara alguna rueda o ajustara un freno, ¡no os confundáis!, nada que ver con trabajar en negro o explotación infantil, se trataba de pasar el rato, echar una mano y aprender, eso sí, no recuerdo haber pagado nunca por un recambio para mi vieja BH, (era de mi hermano, yo la herede), y en más de una ocasión unas pesetas para un chicle en el kiosco me lleve.....
                              Progreso años 70. Archivo personal de amigos de Taboadela (Kary Losada, Santi Mera....)