Si , no le deis muchas vueltas porque no va a cambiar la imagen...
Se trata de una instantánea de la villa de Xinzo en el año 1968, según el pie de fotografía, en el Barrio Baixo, es evidente que el cambio en estos 50 años ha sido espectacular, y beneficioso, pero algunos detalles se podrían añorar. No se si coincidiréis conmigo pero esos balcones de madera tan de nuestro ourense, tendrían que haberse conservado, (en la ciudad hay uno en la mismísima plaza mayor...).
al encontrar esta foto se me ha venido inmediatamente a la cabeza las disputas que últimamente los medios cuentan que se producen en nuestros pueblos.
Desde luego que el asfaltado de las calles, dotación de servicios etc, fue uno de los mejores avances del rural, y permitió que la vida fuera mas cómoda e incluso mas higiénica, sin embargo, poco a poco ha sido uno de los principales responsables de lo que se podría llamar perdida de identidad del rural.
Mirad bien la fotografía y además de los bellos "autos" gallegos que de aquellas se estilaban para circular por las pistas de tierra, podréis encontrar un perrillo descansando en medio de la calle, delante de la niña que sale del corral, unas cuantas gallinas que andan a su aire, e incluso lo que me parece un borrico sacando la cabeza por una ventana. Hoy seria difícil de encajar esa fauna en el medio del pueblo principalmente por cuestiones de salud, (siempre quedara la opción de sacar al ganado con pañales hasta los pastos....), pero las cosas ya han llegado al extremo de que el paisano no pueda tener siquiera en su huerto un gallo, y si lo tiene algún vecino le exigirá que le ate el pico para que no cante, ya no voy a entrar en las acusaciones que el pobre gallo recibe de: violador, (que yo sepa nadie le ha pedido su opinión a las gallinas y ellas no suelen escaparle al gallo, ¿no?.... )
Supongo que no será sencillo, pero sin duda habrá que buscar la forma de crear normas de convivencia en las que se incluyan y permitan ciertas "molestias" que tiene el rural para con los turistas. Unos y otros tienen que coexistir, para que el rural no se muera definitivamente.