Pazo dos Cadorniga na rúa Hernán Córtes |
No, no me voy a pasar al sector de la venta inmobiliaria, a eso se dedico mi padre toda la vida. Hoy simplemente me voy a hacer eco de que se a puesto en el mercado, una propiedad con un inmenso valor histórico. O Pazo dos Cadorniga, en la antigua rúa de Pena Vixia, hoy Hernán Córtes.
Realmente no se trata del edificio al completo sino de una buena parte, ya que la propiedad fue dividida en tiempos pasados.
Voy a utilizar un texto del gran don Ramón para que colabore en la venta de esta propiedad, nadie como el para hablarnos de tan enraizada familia.
EL CEÑO HIRSUTO DEL HIDALGO
Si, alegres y sencillas galerías. Para risas de muchachas estudiantes, o
costureras, rauda gracia de golondrinas. O refugio de viejo agradecido al buen
Sol de la tarde pues como viejo amigo le ayuda a llevar la pesada hipoteca de
años y reumas. Si, muy arreglada fachada de la izquierda con sus ojivas
imitadas. Una moda. Hubo muy hábiles pendolistas. Daban un aire arcaico y
lejano del XI, del XII a un pergamino del XVII del XVIII.
En Orense los hubo y alguno, por lo menos
-la cuenta Vasco da Ponte-, sufrió el castigo capital de cruelísima muerte.
Pero en este sencillo y agradable ramo urbano gozoso de paz agradecido al sol,
domina, vence, como el áspero cardo entre sencillas flores, la idea y recuerdo
de la casa torreada. Poca imaginación hace falta para verla.
La
casa de plateresca portada y el amplio y único balcón -concesión del XVIII a la
mayorazga soltera, o al clérigo olvidado de hazañas - es una torre. Hubo en
Orense, el bullidor y apasionado Orense del XV, hidalgos encendidos en
terribles orgullos. El hidalgo ciudadano se hace jefe del barrio, busca la
popularidad entre los fuertes y sesudos artesanos, conservadores de sus
privilegios, celosos defensores de los fueros. En la briosa crónica de Vasco da
Ponte, escrito a la luz de las hogueras, de Andrade, de Madruga, vibra un eco
de los hidalgos de esta casa y torre de los Cadórniga.
Mandaban mucho en Orense, pero tenían sus
fracasos, como cuando Fernán Yáñez de Sotomayor - "falleció de viejo,
nunca fue vencido ni preso" - cruzando tanta tierra entró en Orense"
y puso fuego a la casa donde estaba Cadórniga y sacóle preso por la
barba". El garbo gótico final o plateresco, los crepúsculos duran mucho,
de esta portada, aún luce su elegancia, con aire, ceño autoritario. En el fondo
estos hidalgos, que incluso ayudaron a echar un obispo al río, eran buenos
rapaces. Hacían penitencia y pedían ser sepultados en San Francisco.
R.O.P . La Región años 60.
Interesantes vistas en una zona que en los últimos tiempos se está restaurando de manera radical. |