Se puede apreciar la
torreta de comunicaciones “Urbanas” en el edificio esquina Instituto con Plaza
Mayor. Postal Thomas colección Resvie
foto Xesta circa 1914
Ourense Al Teléfono,
¡Señorita, una conferencia con…!
El tema de la telefonía es un mundo impensable hace tan solo 20 años; imagínense
el cambio que supuso para quienes recuerdan la existencia de operadoras, y no
me refiero a compañías telefónicas, que solo había una, si no a aquellas
generalmente amables señoritas que se encargaban de realizar los enlaces para
que pudiéramos hablar en la distancia. Así fueron los comienzos de la telefonía
en nuestro Ourense.
Lo primero que
debemos recordar es que en sus inicios se diferenció entre telefonía urbana e
interurbana, la primera estaba en manos de pequeños empresarios que afrontában
con su inversión las instalaciones por medio de una concesión; las interurbanas
eran ya algo más complejo, necesitaba una inversión que solo grandes consorcios
podían afrontar y competía con el servicio telegráfico, surgió así la Compañía Peninsular de Teléfonos.
Las ciudades que
primero disfrutaron de estos “artilugios” comenzaron por los urbanos; una
pequeña centralita permitía la conexión entre organismos públicos, empresas y algún
privilegiado particular, de seguir así, el futuro sería muy complicado, ya que
entre otras circunstancias el tendido del cableado se daba de bruces con el
rechazo de los propietarios de edificios que veían afeado su entorno, (se les
intentaba convencer con el argumento de que esos cables servían de pararrayos,
pero…).
En Ourense
el proceso fue al revés, primero se inauguró el servicio interurbano y a
continuación el urbano, fue la ubicación como entrada de Galicia la que “invitó”
a la C.P.T. a instalar las líneas por Ourense.
El lunes 20 de abril del 1914, las autoridades
asistieron a la inauguración de las
instalaciones en la plaza de Obispo Cesáreo (Pereira nº 17, donde había estado en sus primeros años el
Café La Unión, al lado de la actual Farmacia Alameda). El primer
director de la compañía en Ourense fue Don Eladio Sanz, personaje con triste
final que forma parte de la Crónica negra Ourensana; otro día os lo contare
pero os adelanto que el juego le llevo a suicidarse en la central Telefónica
después de intentar asesinar a un ciudadano (1916).
Central Interurbana
en Pereira 17 (Revista Mundo Grafico 1916) mod.
“Leyendas urbanas cuentan que las
telefonistas eran las personas más informadas de la población; lo que sí es
cierto es que cada tres minutos interrumpían la conversación para avisar de que
se acababa un tramo de facturación, ¡quizás! en ocasiones se olvidaban de
desconectar el auricular, pero…..”
La existencia de
esta central aceleró los trabajos para la apertura de la central de Urbanos,
que desde Enero del 13 tenía autorización para su instalación pero no fue hasta
este momento que se tuvo interés por hacerlo, en menos de tres meses el
propietario de la concesión Manuel Corbal Souto (pontevedrés) abría al público en la planta alta del número
dos de la calle del Instituto (Esquina Plaza Mayor, antigua Camisería Prieto);
una centralita atendida por las señoritas: Marina de la Torre y Amparo González,
conectaba así a los usuarios de la ciudad entre ellos y permitía asomarse al
servicio interurbano con ”intermediarios”; pedias la comunicación y cuando
estaba disponible te avisaban. La ubicación en la cuarta planta de un edificio
sin ascensor evidencia que el público no tenía que acudir a estas dependencias;
a modo de curiosidad el equipo era de la marca Ericsson, aun activa... Para la historia ha quedado la relación de los
primeros afortunados poseedores de número de teléfono: Gob. Civil,
Ayuntamiento, Telégrafos y la Cía. de Interurbanos eran los primeros números. El
notario Marques de Leis y el banquero Juan Fuentes tenían dos líneas, (una en
casa y otra en el negocio), los Hoteles Roma y Miño, Francisco De las Cuevas,
Ignacio Tabares, El doctor Vidal (el del X2), las farmacias de Fábrega, Román y
Meruéndano, el Chalet Losada y como no: el diario La Región estrenó el día 25
de Julio su flamante número de teléfono (nº 40). Como prueba de la pujanza de
Canedo, son seis las líneas que se dieron de alta en el vecino ayuntamiento.
Muy poco tiempo después, (comienzos de 1915) el gobierno
ante la necesidad de conectar todos los núcleos de población y comprender la
escasa o nula rentabilidad inicial decide instalar centralitas en las oficinas
de telégrafos donde sea posible y de no existir estas, abrir oficinas propias,
eso fue un estupendo aliciente para las zonas rurales, pero aún así como prueba
de la dificultad para extender las líneas sirva el dato de que en los 50, Castro Caldelas y Melón únicamente contaban
con esa línea pública.
A finales de 1916
se decide el traslado de la interurbana a unas nuevas instalaciones en Progreso
enfrente del Hotel Roma y posteriormente (1954) pasó a la actual Concordia
donde aún se mantiene un edificio de la CTNE. Años después se construyó el de
Marcelo Macías, y actualmente como sabéis todo ha cambiado de manera
espectacular….