Quizás; el momento en que la
plaza, presentaba un aspecto más “Extraño”. Años 50
Crux dos Ferreiros
No, no voy a decir que esta hermosa y original plaza sea
mi rincón favorito, no sería cierto, porque junto a ella todas las plazas de la
vieja Auria lo, son. Trigo, Herrería,
Rastro, Saco y Arce, Magdalena, San Cosme, Ángel..... Podría seguir porque
todas me parecen imprescindibles, cada una con su personalidad bien definida;
la gran mayoría con formas irregulares, de alguna manera parece que quieran ser
únicas como la Plaza Mayor, con su original inclinación. Y muchas con algún
elemento de gran belleza, fuente, cruceros, pavimento.... Sin embargo tengo que
reconocer que de alguna manera esta plaza y su entorno sean responsables de la
existencia de mi familia. Al menos en la rama materna.
No quiero aburriros con temas personales, solo
comentar que en ella se inició la relación de amor entre una Tudense y un
Ourensano (1924); la tudense pasaba temporadas como invitada del tío Ildefonso
Vaquero, de aquellas, magistrado de la audiencia Ourensana, y…..
Es cierto, lo
he visto, todo eso y más, incluso los peces de colores que nadan en la fuente
¡¡¡perdón!!!. Y ahora comparto con
vosotros algunas de esas vistas. Esta es
la Ourensana Plaza del Hierro.
Pero si he de ser justo, tengo que irme hacia atrás en
el tiempo. De mediados del s. XIX seria la joyería Platería de Delage, uno de
los varios talleres de este gremio que tuvo Auria, y hoy???. Ya comenzado el s XX, citar la fábrica de
Chocolates de Francisco Glez., que dirigía doña Teresa Feijoo (de familia con
tradición chocolatera), la sastrería de Remigio González, maestro de alfayates
(1912), la ¿francesa Casa Sembla? que yo sepa era una fonda regida por José
Otero, pero con ese nombre...., quizás fuera idea del profesor Devial, que en
el numero 14 dirigía una academia de idiomas. Otro negocio que se situó en la
plaza, fue el periódico vigués El Pueblo Gallego que en el nº 1 tenía su
delegación. Y no quiero quedarme sin citar las agrupaciones políticas, que sin
saber el motivo “se peleaban” por tener su sede en la plaza. Jaimistas,
Albistas, Agraristas, fueron algunos de los vecinos, como cualquier político no
sé si aportarían algo, pero allí estaban.
De entre los negocios, he dejado para el final: la
Botica de Temes, como se conoció durante muchos años; porque con discreción,
pero es un elemento básico en la historia Ourensana. Por ser una de las
primeras farmacias de la ciudad, pero también porque sus propietarios eran
proclives a intervenir en política y fomento de la cultura. Solo citar que nació de la mano de Pedro
Sánchez Toca, (procurador del ayuntamiento, investigador y poeta además de
mantenedor de una concurrida tertulia en la rebotica); cedió el testigo al Doctor
León Oyarzun, y a punto estuvo de ser farmacia de los señores Yebra, Aperribay
y Pimentel, antiguos trabajadores de la farmacia de don León quienes con la
colaboración del profesor (y farmacéutico) Gaite Lloves, quisieron regentarla,
pero finalmente tuvieron que contentarse con montar un almacén, de Droguería;
que posteriormente también lo fue de farmacia. De los tres quizás el más
recordado sea, Ezequiel Aperribay director del círculo católico de obreros y de
la adoración nocturna. Desde finales del siglo XIX fue cuando comenzó a
llamarse Botica de Temes al hacerse cargo de ella don Serafín Temes, que fue
quien la colocó en su ubicación actual.
Tal vez por seguir la tradición, su rebotica no tardó en ser centro de
debate en la ciudad.
Supuestamente
se buscaba dar solución a la inclinación natural de su ubicación, pero como ya
estaban construidas todas las casas del entorno no era cosa fácil. Los
escalones de la fuente aparecieron y desaparecieron varias veces y en una de
las modificaciones se aprovechó para bajar el nivel de la calle de los
Hornos. Fijaos en las fotografías y lo
veréis….
Para los expertos queda el estudio de las blasonadas casas de los Boan y los Lemos, y por hoy no recordaremos, la “misteriosa” Casa de la misa de Alba, ni el tema de que la fuente vino de San Esteban y no de Osera, porque ya es de todos sabido. ¿no?...
Por su ubicación es probablemente la más conocida de las plazas Ourensanas. Su nombre viene del original, "Crux dos ferreiros”, (de cruce, que no de cruz) y que yo sepa solo estuvo a punto de perderse cuando se decidió cambiar el nombre por el del político Tomás María Mosquera; ministro durante la 1ª República. Después de un periodo de tiempo, como casi siempre ocurre, el recuerdo al político se desvaneció y por fortuna en este caso, se recuperó el antiguo nombre.
Mires la plaza, como
la mires, la fuente preside...