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“Hermanos Garrido, de Parderrubias, artistas tan excelentes cuanto ignorados, que en estatutaria compiten dignamente, noblemente, con los mejores de Barcelona y de Valencia. Tanto puede el arte cristiano, en que los Garrido brillan, imprimiendo en la madera ese quid divinum que caracterizó a los artistas religiosos medievales” (C. C., 1911).
Los que con el tiempo pasaron a ser conocidos como “Os Escultores” de Parderrubias eran los hijos de Celedonio Garrido y Jacinta González: José (1881-1965), Eliseo (1884-1972), Manuel (1889-1977) y Modesto (1892-1964). Además de estos, Celedonio y Jacinta tuvieron dos hijos más: Encarnación (1876-1918), fallecida a la edad de 42 años a consecuencia de la pandemia de 1918; y Marcelino (1877-1904), fallecido con solo 27 años, debido a las secuelas de un accidente talando un árbol. Se trataba de una familia de labradores de O Outeiro en la que, en sus principios, el padre y el hijo mayor José iban a las siegas a Castilla para complementar los ingresos que les daban las tierras y los trabajos artesanales en madera (Piñeiro, 2018). Celedonio había puesto en funcionamiento en O Outeiro un taller de ebanistería que con el tiempo evolucionaría a uno de imaginería y escultura religiosa. Este taller, en el que todos los hermanos se especializan en el arte de la imaginería, constituye el embrión de las dos marcas comerciales que llevan el sello de “Os Escultores”: José Garrido y Hermanos (José, Manuel y Modesto), y Eliseo Garrido e Hijos (Eliseo).
En esos años era algo habitual encontrarse en el diario La Zarpa este anuncio publicitario:
Inauguración aserradero con “Os
Maravillas de Cartelle”
En A Carretera, los Hermanos Garrido construyen una lujosa casa solariega, que incluye
hasta una capilla. Este edificio se convierte en la vivienda de José y Manuel,
y en él instalan una tienda de ultramarinos y ferretería, en la que se llegó a
vender hasta penicilina, pues Manuel poseía algunos conocimientos médicos. Se
trataba de una casa tipo indiano, la cual mantiene la estructura en la
actualidad, salvo el torreón que ya no existe. Aquí es donde Manuel instala su
estudio de fotografía, cuyas técnicas había conocido en su viaje a Barcelona.
Casa de “Os Escultores” en Parderrubias a principios del siglo XX
Taller de la Sagrada
Familia Eliseo Garrido e Hijos
Eliseo, después de
contraer matrimonio, se separa de sus hermanos y crea en los años veinte su
propio taller de imaginería religiosa en Bouzas: Taller de la Sagrada Familia
Eliseo Garrido e Hijos. Según una hijuela de 1918, Eliseo hereda de sus
difuntos padres tierras en Bouzas y en A Salgueira. Mientras que los talleres
de José Garrido y Hermanos no tuvieron continuidad a la muerte de los tres hermanos,
el de Eliseo Garrido sí lo hizo con sus hijos Celso y Adolfo. En 1962, Celso
emigra a Francia quedándose Adolfo al frente del taller, hasta que cinco años
después, una vez retornado de la emigración Celso, ambos hermanos deciden
separar sus caminos profesionales. Celso crea la marca Celso Garrido e Hijos,
pasando a denominarse Restauraciones Garrido en los años ochenta, marca
comercial al frente de la cual se encuentran en la actualidad José Luis y Lucía
Garrido (tercera y cuarta generación; véase http://restauracionesgarrido.es/). La firma Taller de
Eliseo Garrido e Hijos llevó a cabo multitud trabajos, entre los que destacan
el altar mayor y laterales de A Mezquita, altares mayores de Piñor, Taboadela,
Baños de Bande, Cabaleiros, Tamallancos, Ramoiños, Arnoia, Cualedro, Olás,
Xinzo, retablos mayores de Morgade, Cortegada, Cerreda, Bobadela, Entrimo,
Cantoña, retablos laterales de Velle, San Pedro de Bogo, Villarrubín, etc.,
destacando de manera especial el altar mayor y el lateral construidos para la
nueva iglesia de los Padres Franciscanos que se inauguró el día de Corpus del
año 1929 en el parque de San Lázaro. Dicho trabajo fue reconocido por el
diario La Región, y recibió multitud de felicitaciones, tal como
acredita la revista El Eco Franciscano de julio de 1929.
“Con motivo del altar construido por esta acreditada firma industrial,
para la nueva iglesia de PP. Franciscanos de esta ciudad, fueron muchos y muy
merecidos los elogios tributados al señor Garrido, que con esta obra ha
demostrado que en sus talleres se producen trabajos de estimable valor
artísticos. El crédito de los Talleres de la Sagrada Familia se extiende desde
antes de esta fecha por toda la provincia y aún fuera de ella, pues entre otras
obras de mérito destacan el altar mayor de la parroquial de Piñor, el de
Taboadela, Morgade en Ginzo, Belle, Cortegada de Limia, convento de Padres
Franciscanos de Rivadavia, San Pedro de Bojo (Oviedo) y otros que darían para
una larga relación. Muy cordialmente felicitamos a don Eliseo Garrido por el
elevado grado de perfección a que ha llevado su industria, que honra a nuestra
provincia” (La Región, 11 de junio de 1929).
La fotografía que
aparece a continuación muestra el plano del retablo de la capilla de Valoiro
confeccionado por Eliseo Garrido en el año 1919.
Plano retablo Capilla de Valoiro
Los trabajos en el
Taller de la Sagrada Familia, de igual manera que ocurriría en el de José
Garrido y Hermanos, comenzaban al amanecer. Rescatamos una anécdota en el
quehacer cotidiano del taller, contada por Celso Garrido (hijo de Eliseo), que
tiene como protagonistas al abuelo y al bisabuelo de los respectivos autores de
este artículo. Paulino Sierra realizaba de manera habitual labores de
carpintería para “Os Escultores”. Una mañana, en el Taller de la Sagrada
Familia, Paulino y Eliseo Garrido hablaban sobre los coches -probablemente en
relación a los primeros vehículos de cuatro ruedas adquiridos por “Os
Escultores”-, y en dicha conversación le decía Paulino a Eliseo: “chegará un
día no que os coches serán baratos e todos poderán mercalos (llegará
un día en que los coches serán baratos y todo el mundo podrá comprarlos)”.
Eliseo era un hombre
tranquilo, inteligente, que supo hacer de la adversidad virtud y levantarse de
cada caída. Un ejemplo de su forma de ser es la respuesta dada a un debate que
tuvieron sus hijos Celso y Adolfo acerca del tipo de trabajos que debían
hacerse en el taller, planteándose que los trabajos baratos no debían
atenderse. La respuesta de Eliseo fue así de contundente: “Celso…, Adolfo…,
Celso…, Adolfo… (…) un traballo por poucos cuartos que deixe sempre hai que
atendelo (Celso…, Adolfo…, Celso…, Adolfo… (…) (un trabajo por poco
dinero que deje siempre hay que hacerlo)”.
Trabajos de imaginería
religiosa
Los trabajos de
imaginería religiosa de “Os Escultores” pronto son reconocidos en toda la
provincia ourensana y fuera de ella, tal como se puede leer en el diario El
Progreso de Lugo, del 10 de agosto de 1915, haciéndose eco de la
exposición, en uno de los escaparates de la Casa Bravo, sita en la calle
Príncipe de Vigo, de un magnífico retablo representando los Sagrados Corazones
de Jesús y María, procedente de…
“…los grandes talleres de escultura religiosa José Garrido y Hermanos,
situados en Parderrubias, pueblecillo cercano a Orense”.
En el recién aparecido
diario La Región era usual encontrar en 1910, casi a diario,
el siguiente anuncio:
“José Garrido y Hermanos (Orense) Parderrubias. Esta casa cuenta con
todos los adelantos modernos para la construcción de Imágenes en madera y
cartón-madera, Altares, Doseles, Púlpitos, Monumentos para Semana Santa, y todo
lo concerniente al culto católico. También se encarga de la restauración y pintura
de Imágenes y Altares, por deteriorados y antiguos que sean, ejecutando estos
trabajos en nuestros talleres o a domicilio. Se remiten gratis, dibujos,
catálogos, fotografías y cuantos datos necesiten los señores que deseen
honrarnos con sus encargos, para lo cual dirigirán su correspondencia a JOSE
GARRIDO Y HERMANOS (Orense), Parderrubias” (La Región, 19 de agosto
de 1910).
Así describía el
corresponsal de La Región en Celanova la majestuosa imagen del
Sagrado Corazón de Jesús, que procesionó el 26 de noviembre de 1911 en la
parroquia de San Salvador de Redemuiños, obra creada en los Talleres Hermanos
Garrido:
“De filigrana se puede calificar la hermosa estatua que, sostenida por
cuatro ángeles, ostentadores del Cáliz, de la Cruz, de las Espigas, etc., mide
la altura de un metro setenta centímetros, y cuya decoración, severamente
armonizada, la llena de vida, hasta el punto de figurarse la mente a nuestro
Redentor, marchando con paso lento y solemne por entre la muchedumbre y
mostrando su corazón lleno de misericordia“.
O Tío Marcos d’a
Portela, primera publicación periódica monolingüe en gallego, que había sido
fundada por Valentín Lamas Carvajal en 1876, y recuperada entre 1917 y 1919,
incluía la siguiente cuña publicitaria:
“ARTES CATÓLICAS. Grandes Talleres d’Escultura Relixiosa, Artística,
Talla, Pintura e Dourado. Costrución e reparación de toda crás de imáxenes en
madeira e Pasta-madeira, Retablos, Doseles, Púlpitos e Tabernáculos. Variado
sortido em Vía-Crucis de Pasta-madeira, de diferentes tamaños, crases e
estilos. XOSÉ GARRIDO E HIRMAUS. Parderrubias (Ourense). Sucursal e depósito en
Ourense DON VALENTÍN CID. Paz, núm. 2”.
En el año 1929 encontramos en el diario La Región una cuña publicitaria de la marca Eliseo Garrido:
“Taller de la Sagrada Familia. Eliseo Garrido. Parderrubias (Orense).
Escultura, talla, pintura y dorado. Retablos, doseles y todo lo concerniente al
culto católico” (La Región, 12 de junio de 1929).
“En Parderrubias, un pueblecillo cercano a Orense, están emplazados los
talleres de escultura religiosa de los señores Garrido. Quizás en otro pueblo
que no fuera el nuestro, los trabajos hermosos, concienzudos y acabados que se
ejecutan en estos talleres, serían admirados y ponderados cual en justicia
merecen serlo y aún arrancarían la supremacía a otras casas que se dedican a la
misma industria. El grabado que publicamos, dice mucho mejor de lo que
nosotros podemos hacerlo, lo notable de la labor de los señores Garrido y
ratifica nuestras anteriores manifestaciones. En la construcción de altares
hacen primores también en esta casa. Sus imágenes talladas en madera y
cartón-madera en forma tan admirable; de una perfección en las líneas y en los
menores detalles tan marcada; de un dibujo y naturalidad asombrosa, son
exportadas en gran número y pueden verse en muchas, en casi todas las iglesias
de esta provincia. Y esta casa, más pronto o más tarde, tendrá que imponerse a
las demás similares, porque así lo demandan sus trabajos no superados por los
fabricantes del artículo a que nos referimos, que hoy privan en España” (La
Región, 11 de junio de 1914).
No les faltaron
competencias desleales o quienes les suplantaban en sus obras artísticas. Así,
en agosto de 1922, se ven en la necesidad de publicar en la prensa escrita el
siguiente anuncio:
“Falsa propaganda. Desmintiendo la falsa noticia propagada solapadamente
por ciertas personas que con fines lucrativos pretendieron hacer ver que no se
seguía trabajando en los TALLERES DE ESCULTURA RELIGIOSA de Parderrubias, JOSE
GARRIDO Y HERMANOS participan a su numerosa clientela que en sus talleres
recientemente ensanchados y dotados de maquinaria moderna, se trabaja en mayor
escala que anteriormente, lo que permite servir en inmejorables condiciones y a
precios sin competencia toda clase de imágenes, retablos, restauraciones y todo
lo que concierne al culto divino. Fábrica de aserrar maderas y
molinera-Talleres de construcción. Grandes existencias de maderas de todas
clases. MADERAS MACHEMBRADAS. Servicio de transportes de maderas a domicilio.
Se vende gran partida de leña (desperdicios). JOSE GARRIDO Y HERMANOS.
Parderrubias (Orense) (La Región, 19 de agosto de 1922).
En marzo de 1923 el
Gerente de la razón social José Garrido Hermanos de Parderrubias hacía publica
una nota de prensa en la que se informaba que las obras construidas en sus
talleres de escultura religiosa se distinguen por una placa de bronce con la
marca registrada “Artes Católicas”, de manera que las que no lleven esa placa
no son legítimas de sus talleres. Hacía esta advertencia para que su clientela
no se dejase engañar con ofrecimientos de otros artistas que con el fin de
acreditarse utilizaban el mismo título.
La producción artística de los talleres fue en aumento y sus esculturas de Sagrados Corazones, Vírgenes y Santos se hicieron hueco en multitud de iglesias y altares de la provincia. El éxito comercial y la fama de sus trabajos de imaginería no fueron impedimento para que “Os Escultores” llevaran a cabo obras sociales, en ocasiones en forma de donaciones. El Jueves Santo de 1936, estando muy próximo el inicio de la Guerra Civil, la iglesia parroquial de Barbadás fue incendiada por un grupo de insurrectos. Su reconstrucción duró más de un año y costó 10.600 pesetas. Los Hermanos Garrido contribuyeron a dicha obra donando una imagen del patrono San Juan Bautista.
Relevancia social
El prestigio y la
relevancia de “Os Escultores” alcanzaron altas cotas en la sociedad de aquella época. En mayo de 1913
tienen lugar las fiestas Constantinianas en todo el mundo católico con el fin
de celebrar la Paz de la Iglesia, conmemorando el decimosexto centenario del
Edicto de Milán del año 313, por el que el Emperador Constantino reconoce a los
cristianos la libertad de culto. En Ourense, durante las celebraciones, se
iluminó la Catedral y en una de las torres se colocó una gran cruz iluminada.
Con el objeto de ganar el Jubileo Constantiniano por dicha conmemoración, un
grupo selecto de personas de la provincia ourensana viaja a Roma como
peregrinos bajo la tutela del Obispo de la Diócesis, don Eustaquio Ilundain.
Entre estas personas se encontraban el Rector del Seminario, un Canónigo de la
Catedral, algunos párrocos y Manuel Garrido, uno de “Os Escultores”. El viaje
en tren les llevó por Oviedo, Zaragoza, Barcelona, Marsella, Génova y,
finalmente, Roma, en donde permanecieron desde el 7 al 13 de mayo hospedados en
el hotel Babaria, aunque lamentablemente no pudieron ser recibidos en audiencia
por su Santidad Pío X, debido a su estado de convalecencia. En Marsella
tuvieron oportunidad de visitar el Santuario de Notre-Dame de la Garde,
haciendo uso para la ascensión del Ferrocarril de Cremallera. A su regreso
pasaron por Lourdes.
José, el hermano
mayor, fue elegido Alcalde de A Merca en el año 1926, tomando posesión el 24 de
abril. Tenía 45 años. Estando vigente el Directorio Militar de
Miguel Primo de Rivera, una nueva corporación formada por jóvenes, que
nunca se habían dedicado a la política, accede al Ayuntamiento de A Merca con
ansias de acabar con la vieja política caciquil. La crónica de La
Región informaba que:
“Todos ellos nuevos dos veces, nuevos porque nunca han figurado en
política y nuevos porque todos son jóvenes y además, ganosos de tirar con los
moldes de la vieja rutina. Unido a esto como alcalde la prestigiosa persona de
D. José Garrido, dio por resultado una corporación que ni soñada” (La
Región, 1 de mayo de 1926).
El carácter personal
de José Garrido y su discreción quedan reflejados en la carta que vecinos suyos
firman en La Región el día en que toma posesión como Alcalde
de A Merca:
“La prohibición del Sr. Garrido nos priva del placer de
homenajearlo cual era nuestro deseo, pero su modestia personal no le permite
aceptar acto de ostentación alguna” (La Región, 1 de mayo de 1926).
Estas mismas
características personales ya habían sido empleadas en 1915 por S. Súarez López, cura de San
Vitoiro da Mezquita, para describir a los Garrido:
“Tan sencillos como modestos, los hermanos Garrido huyen de todo ruido,
convencidos de que todo el mérito positivo no necesita que se le anuncie con
encomios, como no lo necesita la belleza para atraer las miradas de todos: le
basta con presentarse“.
El 6 de enero de 1927
se lleva a cabo la bendición y colocación de la primera piedra de la nueva escuela de
Parderrubias, estando presidido el acto por el Alcalde de A Merca, don José Garrido
González, acompañado de concejales, sacerdotes, maestros y un numerosísimo
público. La obra sería ejecutada por José Garrido y Hermanos. Diecinueve meses
después, el 12 de agosto de 1928, se lleva a cabo el solemne acto de
inauguración oficial del edificio. La ceremonia fue presidida por el Gobernador
Civil, don Vicente Rodríguez Carril; el Inspector de Primera Enseñanza, señor
Maceda; y el Jefe Provincial de Unión Patriótica, señor Salgado Biempica. Además,
se encontraban el Alcalde de A Merca, señor Garrido, su Corporación, el maestro
nacional, el párroco y resto de autoridades locales. La obra había sido
sufragada por el presupuesto municipal y la suscripción de los vecinos de la
Parroquia de Parderrubias (La Zarpa, 14 de agosto de 1928).
La inauguración del
nuevo pabellón escolar formaba parte del programa de fiestas en honor a la
Virgen de Lourdes que organizaron los Hermanos Garrido los días 11 y 12 de
agosto de ese año 1927, fecha en la que inauguraron un oratorio en su domicilio
de Parderrubias. Tal como recoge el diario La Región de esas
fechas, el sábado 11 de agosto a las doce del mediodía un repique general de
campanas y el disparo de una nutrida salva de bombas anunciaba el comienzo de
los festejos. A las ocho de la tarde, tenía lugar la novena a la Santísima
Virgen y acto seguido se cantaron solemnes vísperas en su honor. Desde las
nueve y media hasta las doce de la noche se celebró una gran verbena en el
campo de la fiesta, amenizada por una banda de música, bajo una sorprendente
iluminación. Al día siguiente, domingo 12 de agosto, a las cinco de la
madrugada, una salva de bombas anunciaba la reanudación de los festejos y la
banda de música recorrió las calles de los pueblos tocando dianas y alboradas.
A las siete hubo misa parroquial y novena. A las nueve y media, tuvo lugar la
bendición del oratorio en el domicilio de los hermanos Garrido, y acto seguido
se celebró en el mismo la primera misa, cantada. A las diez y media se
procesionó a la Virgen María desde el oratorio a la iglesia parroquial, en
donde se celebró una solemne misa cantada a toda orquesta. Por la tarde, a las
cuatro y media, se llevó a cabo una ceremoniosa bendición de la Bandera del
Sindicato Católico Agrícola de Parderrubias, y ya a las cinco, con la
asistencia del Excelentísimo Señor Gobernador Civil se inauguraba la escuela. A
las seis comenzaron los bailes populares amenizados por la banda de música
hasta el anochecer, cuando una salva de bombas ponía fin a los festejos.
La notabilidad de la
familia Garrido queda patente en una fotografía publicada en la revista Vida
Gallega del 20 de noviembre de 1923 (véase más abajo), en la que
Modesto (de pie, segundo por la izquierda) y José (sentado en el centro)
aparecen posando con sus sobrinas junto a los Oficiales del Batallón de
Cazadores de Ourense, que estaba realizando en esos días maniobras militares en
Parderrubias. En esa misma fotografía también podemos observar, sentado a la
derecha, al cura don Adolfo Outumuro, pocos meses antes de su fallecimiento. En
1929, José y Manuel, junto al cura don Castor Gayo (fotografía que aparece al
principio del artículo) viajan a la Exposición Internacional de Barcelona.
Manuel y José ingresarían en el Somatén de la Octava Región, Auxiliaría de Allariz,
durante la primera quincena del mes de enero de 1929.
“Os Escultores” de
Parderrubias fueron los que adquirieron el primer vehículo de cuatro ruedas en
el pueblo. También fueron los primeros en poseer dos camionetas para el negocio
del aserradero. El 25 de octubre de 1921, un devastador incendio que asoló un
edificio en O Posío acababa con la vida de un matrimonio y su hija. En los
bajos había un taller de pintura propiedad del infortunado y un garaje, en el
que se guardaban tres camiones Peugeot, que quedaron completamente
carbonizados; uno de esos camiones era de los Hermanos Garrido. El incendio
había sido provocado por una negligencia de un chófer al llenar de gasolina el
depósito de uno de los camiones, dejando que esta se derramase y alcanzase un
farol de aceite. Aparte de la pérdida de vidas humanas, los daños superaron las
cien mil pesetas de la época.
Manuel era un
apasionado de la fotografía (varias de las fotografías que ilustran este
artículo son de su autoría), lo que se puede interpretar como un gran hito en
aquella sociedad rural de la época. Tal como relata Piñeiro, en 1911 adquiría
los primeros frascos de revelador y sobres de papel de citrato de 13 por 18 en
la droguería Sanchón de Vigo. Durante los años veinte se encargó de fotografiar
a vivos y muertos de toda la comarca, llegando a acumular cientos de
fotografías que hoy constituyen un documento visual valiosísimo que permite
conocer y profundizar en la sociedad de principios del siglo XX en toda nuestra
comarca. Una de sus fotografías más impactantes corresponde a un entierro
celebrado en la iglesia parroquial de Parderrubias, excelentemente
inmortalizado por a cámara de Manuel. Pudiera tratarse del entierro de don
Adolfo Outumuro.
En palabras de Piñeiro, Manuel retrató a “ricos y pobres, a burgueses prepotentes que inmortalizaban sus pretendidas riquezas personales y su egocentrismo, y a humildes labriegos que veían en la fotografía el arte de la transformación temporal, superando por momentos, sus particulares miserias… Niños y viejos, vivos y muertos, entierros y romerías y algún que otro pionero, que orgulloso mostraba al mundo su modernidad adquirida, eran los motivos etnográficos que el joven Manuel Garrido iba plasmando en su cámara oscura“.
El nombre de Hermanos
Garrido llega a aparecer en la obra “Mitteleuropa” de Vicente Risco, en la que el
gran literato gallego relata sus impresiones acerca del viaje que realiza a
Berlín:
“Cadra xa en Wilmesdorf, e para ir, cómpre atravesar a Kurfürstendamm e
coller logo por Olivaer Platz e Parisestrasse. É unha igrexa nova dun oxival
que farían os irmáns Garrido de Parderrubias, se como son
carpinteiros e escultores, fosen canteiros e arquitectos, posta no medio dun
lindo xardinciño”.
Los eventos sociales en la
casa de “Os Escultores” saltaban a las páginas de los
periódicos locales de la época:
“El domingo se celebró en la casa solariega de los señor de Garrido, en
Parderrubias, la fiesta de la patrona de la casa, la Virgen de Lourdes. Hubo
misa solemne en el oratorio en la que interpretó música de Perosi la Banda de
Las Pías, que dirige el competente joven don Aurelio Nieto. Luego se sirvió una
suculenta comida a cerca de cien invitados. Por la tarde hubo fiesta popular en
los patios de la fábrica de escultura de los Garrido” (La Región, 30
de julio de 1933).
En definitiva, los
Hermanos Garrido (“Os Escultores” de Parderrubias) fueron una familia
emprendedora de la época, que colocaron el nombre de Parderrubias en la
sociedad de principios del siglo XX, a través de su actividad industrial,
política y social. A pesar de que los talleres de imaginería religiosa José
Garrido y Hermanos enmudecieron hace ya muchas décadas, su obra perdura con el
paso del tiempo, pudiendo todavía hoy ser contemplada, como es el caso del
Viacrucis que cuelga de las paredes de la iglesia parroquial de Parderrubias. La tradición
prosigue actualmente con Restauraciones Garrido, que dio continuidad
a una de las dos sagas: la de Eliseo Garrido.
Referencias
Piñeiro, A. (2018).
Cazadores de almas. Tres fotógrafos das terras de Celanova. Raigame, 42,
60-67.
Nota. Los autores agradecen a Antonio Piñeiro permitirnos hacer uso de su documento no publicado “Manuel Garrido: un imaxineiro que dominou a arte da fotografía”, y a Xulio Outumuro el hacerlo llegar a nuestras manos.