"O CEPO" archivo Carlos Vello
La galería de personajes “originales” de nuestra Auria es
una de las más solicitadas de mi archivo; amigos como Emilio o do toxo, más
conocido por Capitán Bombilla, el bueno de Pepiño, o el egregio Páxaro,
ya han protagonizado estas páginas, y hoy se van a sumar a ella otro grupito de
personajes.
Ya os adelanto que lo primordial es mostraros las
fotografías porque los datos que manejo son muy escasos. Me gustaría contar con
vuestra ayuda para completarlos; mi mail lo tenéis a vuestra disposición Ourensenotempo@hotmail.com.
El primero, para
que se reúna con su “amigo” O Páxaro (existía entre ellos una tensa relación, y
lo mismo los veías compartiendo mesa y mantel que peleándose verbalmente,
llegando incluso a las manos), va a ser el gran Cepo. “filosofo” y
pintor, al que muchos recordamos en sus cenas de verano a la puerta de su casa,
(Lepanto, esquina Plaza del Hierro “Orchapan”), la misma mesa en la que daba
buena cuenta de las viandas y el Coes, servía de mesa de trabajo para
desarrollar su arte; él se confesaba poseedor de una vena artística que
manifestaba con la pintura, tenía un estilo muy personal y sus obras requerían
siempre una segunda mirada, llamaba la atención su habilidad para utilizar
cualquier técnica, lo mismo utilizaba un bolígrafo Bic que unas pinturas Alpino
su especialidad era la acuarela diluida…. Muchas son las lagunas que tengo de este
personaje, hay quien le atribuye de profesión pintor de brocha gorda y quien lo
titula como profesor de matemáticas; no seré yo quien sin pruebas se incline en
uno u otro sentido; así como los vascos “nacen donde quieren”, los ourensanos
“somos lo que nos da la gana”. Por desconocer, incluso hay dudas sobre su
nombre, muchos han sido los que me han dicho que era Antonio, pero garantías
ninguna, en lo que sí coinciden muchos de mis informantes, es que su limpieza
era algo que le preocupaba mucho, como demuestra el hecho de que en varias
ocasiones se le viera nadando en la fuente de la plaza del hierro, no sé yo, si
seria por los calores o por la higiene, o quizás por los vapores del Coes. Sea
como fuera así era O Cepo.
Hoy acompañan a este caballero dos ilustres compañeros, de
los que encarecidamente os pido información; Laylan “el chulito” y Carracuca.
De estos y otros muchos seguramente los amigos del Bar Orellas podrían darnos
razón.
Carracuca era un habitual de los vinos, le faltaba un ojo y
quienes le conocían dicen que fue durante la guerra cuando sufrió la pérdida;
parece ser que el tema militar era una de sus pasiones y su carácter fuerte
(aunque me aseguran que no agresivo) lo convertían en temible para los niños.
Hay quien asegura que conservaba el uniforme de caballero legionario y que
cuando lo lucia imponía respeto.
Quizás en
contraposición, he decidido que nos acompañe hoy la imagen de uno de los más “blanditos”
de estos personajes, el Chulito, era un buen chico, lo mismo se ponía de músico
callejero en una esquina, que le hacia el relevo al gran Paco Madrid vendiendo
las rifas del R-8 en la Alameda. Se le veía por doctor Fleming haciendo los
recados de los autocares, pero tan pronto como podía, desaparecía.
Esto es todo lo que puedo aportar de estos personajes,
muchos recordamos su existencia, pero cada vez se van perdiendo más sus “milagros”;
ni siquiera sus nombres reales he podido averiguar; me gustaría contar con
vuestra ayuda para recuperarlos.
Carracuca y Leylan son dos fotografías deñ archivo del Bar Orellas
Permitidme
que aproveche las citas a O Páxaro y Cepo para corregir un fallo que cometí recientemente.
En el artículo que dedique a O Paxaro, comentaba mi ignorancia sobre la autoría
del cuadro tríptico que se conserva en el restaurante Cobas de la Zamorana; e
incluso insinué que podría ser obra de Vidal Souto; hoy puedo confirmar que el
autor fue el artista: Miguel Karballo; el propio Miguel para evitar un nuevo
error, ya me facilita el dato de que otra de sus obras es un lienzo en el que
aparece de cuerpo entero el Cepo en el mismo lugar de la foto que hoy os
muestro; no he sido capaz de conseguir una fotografía de este cuadro, que él en
su día dejo depositado en el Bodegón, y desconozco si sigue allí). Desecho el
entuerto y con mi más sincera petición de disculpas a Miguel Karballo le doy
las gracias por habernos permitido disfrutar de su arte e inmortalizar a estos
personajes tan ourensanos.
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