Me quede con las ganas en el anterior artículo de continuar
la visita por el Ourense de los lectores del Piave, y ¿por qué no darnos ese
capricho?
En el mundo de la cultura, nuestra ciudad marcaba tendencia,
la Comisión Provincial de Monumentos con
M. Macías a la cabeza situaba a nuestra ciudad en el mapa nacional. Cierto es
que don Marcelo se había rodeado de aventajados seguidores, por no hablar de
los muchos alumnos que años después tomarían el relevo. Arturo Vázquez Núñez,
Manuel Martínez Sueiro y Benito Fernández Alonso nos dejaron múltiples muestras
de su sabiduría.
En el paseo por 1905 ya cite las academias aurienses,
(Villar, Ojea, Ferrin….), pero de manera
imperdonable olvide citar al instituto provincial, en aquel 1906 precisamente
tenía una plantilla de lujo, dirigía el centro Don Salvador Padilla y su
equipo, a poco que conozcáis la historia Ourensana, os resultara conocido,
Eduardo Moreno López, Eloy Luis André, Antonio Gaite, Pompeyo Beltrán, Núñez de
Couto, sin olvidar claro a don Marcelo, ¡ahh! Y el fichaje que ese año se hizo para la cátedra de
dibujo, os suena un “tal” Jesús Soria.
Al margen del tema cultural, el día a día de la ciudad fue
movidito en ese año; uno de los hitos más relevantes de cara al futuro, fue la
preparación de la llegada del teléfono urbano , para empresas e instituciones
algo imprescindible, pero que los particulares con rapidez fueron adoptando;
menos relevante pero en aquel momento muy innovador y rentable, fue la
iniciativa del panadero Claudio González con tahona en Reza 5, quien ofrecía
por primera vez el servicio de entrega a domicilio de sus panes de “elaboración
esmerada”; desde aquellas el toque de campanilla se popularizo en la ciudad,
las panaderas lo utilizaban para anunciar su llegada, quizás de ahí venga la
costumbre de tocar el claxon, los panaderos que continúan visitando la zona
rural.
El hospital de las Mercedes ya se quedaba anticuado y en ese
1906 se decide comenzar el estudio para la construcción del nuevo, según la
prensa así se evitarían las escenas que con frecuencia y nocturnidad protagonizaban enfermas y carabineros
(su cuartel estaba en la plaza en aquellos años). Hablando de carabineros, en
1906 capturaron por fin al más célebre de los carteristas de la city, El
Sandalio, inteligente habilidoso y escurridizo. (otro pieza Ourensano, Lagarteiro, también fue detenido en
Pontevedra.
Dibujo original de Atico noguerol propiedsad de Mercedes Noguerol |
La
Fuente de agua filtrada
De
la plazuela del Cid
filtra
que es una monada
Háme
dado en la narid
Que
no sirve para nada.
Años después el inspirado Ático Noguerol le dedicaba una líneas a este artilugio de dudosa utilidad: “En el medio de la plazuela del Cid y por los años 1902, 3, 4 y 5 había una fuente de agua filtrada que los filtros los tenia por dentro y parecía un palomar, en el grifo el ayuntamiento le puso unos alambres de pico para que no pudiéramos beber a morro y atado con una cadena había un tarro de porcelana para poder hacer uso de la filtrada”. El agua era del canal. (según cuenta Piave al menos en el 6 continuaba en servicio).
En los temas de autoridad: el gobernador Civil Baldomero García Valledor a mitad de año fue
sustituido por Rufino Beltrán, El Gob.
Militar fue el Col. Pedro de la Brena yTrevilla, el alcalde Modesto Varela Sotelo y la diputación
estaba regida por Claudio Fernández Vázquez. Dejo para el final al Dr. Eustaquio
Illundain rector de la iglesia Ourensana desde 1903 quien había facilitado la
llegada de las Carmelitas, y en ese 1906 promovió la de las Adoratrices, un par
de años después serian los
Maristas…
El ocio tenía dos frentes: el Paseo amenizado por las
bandas de música Municipal (dirigida por el Maestro Millán) y la del Regimiento
Ceriñola, jueves y fines de semana eran los días elegidos y el marco era o el
paseo de la alameda o el del Posío. La otra opción era mayormente coto
reservado al género masculino , y la formaban la sociedad por excelencia de
Auria, El Liceo quien tenía que competir con locales de buen nivel y fama como
El Moderno (Paseo 3), La Unión (Avda. De Pontevedra)o El Regional (San Miguel
24).
De nuevo me quedo sin espacio, pero tiempo habrá de retomar
el tema, aun no he denunciado a los acaparadores, grave problema para el
comercio de la época, ni la falta de una Casa de Socorro que cubriera las
urgencias, quedan en el tintero la reforma de los jardines de Obispo Cesáreo y la
carta que la estatua de Doña Concepción Arenal dirigió a las autoridades
locales en ruego de que se terminara el cierre que la protegería de actos
vandálicos y otros poco higiénicos a los que se veía sometida.
Otro día será…...