Como continuación
a mi último artículo en La Región, hoy comparto con vosotros este anuncio del
año 1931 publicado en el mismo diario. Con el, me volví a acordar de unas cajitas redondas de plástico transparente
que tenían dentro unas riquísimas bolas de caramelos de sabores y colores
variados. Eran mi recompensa por ir a hacer los recados a mi abuela Margarita,
bueno realmente cuando iba a la tienda de la Favorita, (calle de La Paz, casi
esquina con San Miguel), porque si iba al Mariano en la plaza de abastos eran
cacahuetes, y en Plus Ultra, Santorum o el Salat eran caramelos o lo que cayera…
Casi sin querer acabo
de recordar cinco tiendas de ultramarinos que había en mi entorno en aquellos
años 60, hoy sorprendentemente se puede decir que una de ellas aun existe. ¿Cuál????.
Pero vamos al tema. Hoy mi intención es
ayudar a “los mayores” como yo a recordar alguna de esas tiendas que a toro
pasado recuerdas con agrado e incluso les descubres en tus recuerdos una cierta
belleza. Sin animo de comparar, ni critica alguna, al progreso, hoy
los supermercados son de una oferta y servicio incomparable, pero han perdido
aquel trato familiar y mucho encanto. ¡que se le va a hacer!!!!.