Tienda de
ultramarinos de Don Manuel Álvarez en Alejandro Outeiriño 9 Fotografía cedida por Arcadio Oreja de Lucas
Aquellas tiendas de antes
Laboriosos trabajos de ebanistería y carpintería eran
imprescindibles para abrir una tienda en los viejos tiempos, así era que a la
mayoría de ellas apetecía ir a comprar ya solo por verlas.
En mis lecturas de viejos periódicos y libros poco a poco he
podido identificar muchos de aquellos negocios. Los más recordados ¿no sé por
qué será?: los de ocio, La Bilbaína se llevaba la palma durante muchos años sin
ser precisamente la mejor amueblada, aunque claro traían a cada artista.....,
pero El Moderno, El Mercantil, La Marquesina, El Madrid, La Unión, son nombres
que nuestros mayores suspiraban al pronunciar. Sin embargo os puedo asegurar
que negocios con encanto en nuestra ciudad hubo muchos. Las librerías de Resvie
y Álvarez en la plaza Mayor, la Joyería de Otto Bodmer y las camisería de José María
Rodríguez en la Avda. de Pontevedra, El Sprit, El Encanto dos mercerías con
solera.... Y que resistan los embates del tiempo, aun queda la farmacia de don
Constantino, que fue Fábrega muchos años y hoy Cobián (conserva todo el
mobiliario de los Rodríguez y las bellísimas cristalera plomadas, ¡una joya!),
el Latino guarda casi toda la esencia del Bazar Puga. ¡Bueno!!, como siempre ya
me he dejado llevar y estoy divagando... hoy os voy a presentar dos de esos
negocios, de los pocos que hay imágenes
La Llave de Oro, Ultramarinos finos
Aunque pocos lo recuerdan incluso entre sus
descendientes, el negocio tuvo el nombre de la LLAVE DE ORO y aseguraba
distribuir licores de las mejores marcas, especializado en cafés y chocolates
el local anexo era el de un “tal” Pacheco.... y el impresionante trabajo de
ebanistería que presentaba (hoy lamentablemente desaparecido era obra del
maestro Augusto Dasilva.
Con el tiempo don Manuel también se introdujo en la
dulce industria del caramelo teniendo su fábrica en la avda. de Portugal,
aún no hace mucho se veía por la trasera la fachada del edificio con la
inscripción Fábrica de Caramelos. Y algunos de vosotros `por lo que
me contáis recordáis una academia que tuvo la familia.
Otro día intentaré ampliar datos y os enseñaré cómo eran las “máquinas” que usaban en la fábrica de caramelos.
Armería de Juan Calvo
Armería de Don Juan
Calvo Plaza Mayor 22 (hoy Trampitan), detrás del mostrador posan doña Protasia
Moraza Berroeta viuda del fundador Juan Calvo y el encargado Leonardo Pascual
Fotografía Archivo Conchita Calvo
Son
muchas las vivencias de nuestra ciudad relacionadas con este negocio y las
personas que lo “vivían”, pero los datos que puedo aportar son bastante escasos
y en algunos casos necesitan una mejor confirmación; como por ejemplo el
“básico” que se refiere a su nacimiento: Aunque sea especulativo, por mis datos
es muy probable que la llegada a la ciudad de “un” Juan Calvo destinado al
cuartel de carabineros Ourensano como maestro armero allá por el 1870, sea el
origen de este negocio, al hilo de esta propuesta, sería su hijo también
llamado Juan Calvo quien abriría en la Plaza de la Constitución esta armería. (Hacia
1880 así se llamaba nuestra Plaza Mayor).
Lo que sí está contrastado, es que Juan
Calvo falleció en febrero de 1896 teniendo que hacerse cargo del negocio su
viuda Protasia Moraza Berroeta, de 46 años y con seis hijos no era tarea fácil.
Por mis datos Protasia tenía el título de maestra, aunque este sin confirmar.
Lo que sí está confirmado, es que se tomó muy en serio el negocio; lo primero
aumentar la oferta con máquinas de coser que junto a las armas era artículos
muy en boga en aquellos años. (Para dar visibilidad en 1898 dotó al local de
escaparates, de los que por seguridad carecía).
Doña Protasia siempre estuvo bien
considerada en la sociedad Ourensana, y sus hijas iban a confirmar esa buena imagen aunque no sin terribles
contratiempos; antes de entrar en los años 20, la alegría que le dio la boda de
una hija con el abogado y concejal Agustín Carballo, quedó totalmente apagada
por el fallecimiento de su hija Felisa (1919). Mujer de gran fortaleza, se
repone y en 1921 junto a su hija Blanca, acepta formar parte de la junta
provincial de 2ª enseñanza. (Blanca tiene una biografía muy interesante, en el
blog de Rosa Cid Galante podéis seguirla, concejala, fundadora de escuelas,
escritora, periodista http://mulleresourensas.blogspot.com/2009/03/blanca-calvo.html).
No
quiero extenderme en la biografía de esta mujer, pero no puedo dejar de
significar que además de haberse quedado viuda, tuvo que vivir la pérdida de
tres hijos, y una nuera, algo muy difícil de superar. Quizás por eso escenas como las que vivió en
1932 durante el intento de saqueo de la armería, (os recuerdo que el rebote de una bala acabó con la vida del joven
Genaro Ortiz.....) con motivo de las protestas por el ferrocarril, no lograron
torcer su ánimo. Relacionados con este negocio estuvieron también apellidos de
la ciudad como Pascual, (Leonardo fue el encargado y aparece en la fotografía,
hasta que terminó abriendo su propia armería), los Neira, Madriñan,
Carballo.....
Algún
día retomaré el tema, merece la pena