Juan Manuel Amor Pereira, Emilio Amor Rolan y Juan Manuel Amor Vázquez.
Juan Manuel Amor Vázquez,
Boletín de Información Municipal,
“Artes y Letras”, la Región,
Supongo que si buceas en la historia de otras ciudades, te encontraras con situaciones y personajes similares, yo solo puedo confirmar lo que ha ocurrido en nuestra Auria, y os aseguro que desde mi punto de vista nuestra historia es apasionante y sus “contadores”, un autentico lujo, en ellos me he inspirado en mas de una ocasión, para intentar recordar nuestro pasado, aunque soy consciente de que no me acerco a su calidad ni conocimiento, lo mío yo lo califico de historietas más que de historia.
El articulo de hoy, lo que busca es recordar a uno de esos “contadores de historias Ourensanas”, quizás el que, por coincidir en el tiempo con los más prolíficos Otero, Risco y Cid Rumbao, haya quedado un poco en el olvido. Me refiero al doctor
. - Juan Manuel Amor Vázquez. (Ourense 1908-1968)
Medico de profesión, el amor por la cultura y la ciudad le venia de familia, no en vano era nieto de Juan Manuel Amor Pereira, un ourensano que de manera poco habitual concitaba elogios de personas de todas las ideologías y categorías, director de la biblioteca provincial durante mas de 30 años, todo un referente cultural. Su padre Emilio Amor Rolan, también dejo huella indeleble de su paso por la ciudad, abogado por estudios, dedicó su vida a la enseñanza siendo entre otros cargos director de la escuela normal de maestros. Pero en su curriculum figura también su trabajo como periodista, y su actividad política: diputado provincial en Ourense y gobernador civil de Huesca y Murcia.
Con esos mimbres, no es de extrañar que J.M. Amor Vázquez, buscara huecos en su labor como medico para trabajar por la ciudadanía, director de la residencia sanitaria, inspector provincial del seguro de enfermedad, director del servicio de puericultura y aún tenía tiempo de mantener su consulta privada; en política, (fue teniente de alcalde y presidente de la comisión de beneficencia), primer impulsor de la conversión de la margen izquierda del rio a su paso por la ciudad, en zona deportiva, y si bien, el proponía ofrecerlo a la iniciativa privada finalmente se construyó el pabellón y sus instalaciones anexas, también por su gestión la calle “tras alameda” hoy ostenta el nombre de Doctor Fleming. En lo social fue presidente del liceo, y por fin, lo que hoy lo trae aquí: articulista en el Boletín de Información Municipal y colaborador del diario La Región, muchos de sus artículos y cuentos me han servido de inspiración.
Aunque no descarto artículos anteriores o que aparezca alguno más en los números “desaparecidos”, comienza su aventura siendo miembro de la corporación municipal cuando le piden que colabore con el Boletín de Información Municipal ourensano, de ahí nos ha dejado al menos cuatro magnificas perlas. La primera Recuerdos estudiantiles. Futbol ciclismo y otros deportes. Con el que descubrimos donde y como se jugaba, entre otras cosas supimos que la barronca de la alameda era culpable de un terrible desgaste de pantalones que las madres zapatilla en ristre se encargaban de recordar, así como detalles de lo que de aquellas era deporte de “privilegiados”: el ciclismo, y los primeros pasos del deporte Rey, Campo de Aragón (San Francisco), Campo de la feria (San Lázaro) ….
Única fotografía con la que ilustro uno de sus artículos J.M. Amor Vázquez.
El segundo articulo nos hablaba de un tema que me consta tiene muchos “enamorados”: Tipos Populares I, esos que yo llamo entrañables. Don Juan al numerar el articulo nos hace ver que habría continuación, pero yo de momento no he sido capaz de localizarlo. Para la posteridad nos dejó el dato de la existencia de aquel Fígaro “sufridor” de la juventud Ourensana: Pincholín.y algunos “genios” más.
El tercero nos confirma que los Arboles no tienen la culpa; se refiere como es lógico a los accidentes de trafico que ya en aquellos tiempos a pesar de la escasez de vehículos circulando, se producían. Muchos aún recuerdan que los árboles que estaban en la curva del puente nuevo, con Curros Enríquez se “tiraban traicioneramente” contra los vehículos que circulaban por la zona; en la época de J. M Amor eran peores los de la carretera de la lonia dicen que en aquel tiempo había vehículos equipados con “freno de árbol”.
El ultimo de los localizados es una delicatessen que he leído en mas de una ocasión, porque nos recuerda: Como y donde paseaban los ourensanos de antaño. Buscando la imprescindible socialización, los jóvenes tenían que vencer unas cuantas trabas que, si de alguna manera hacían más deseado el “momento”, seguro que en muchos casos se convirtió en algo tedioso. Por otra parte, nos recuerda que hubo algunas zonas de paseo, hoy olvidadas, la calle de la Paz, la Plaza Mayor, La Alameda, El Posío, la avda. de Pontevedra (jardines de Obispo Cesáreo), la carretera de la Lonia y la Granja para finalmente desde comienzos del siglo XX: El Paseo. Lo que nos descubre a muchos es el motivo de por qué se convirtió en centro de “Paseo” esa calle, y no es otro que la apertura de Salón Apolo en la esquina con la hoy llamada Alejandro Outeiriño (de aquellas, calle de Alba), los propietarios del salón para atraer la atención instalaron un organillo musical que se complementaba con unos autómatas, que al sonido de la música bailaban. Y los ourensanos gustaban de verlos y escucharlos.
Después de esa colaboración, participó de manera activa don Juan Manuel en el “suplemento” Artes y Letras de La Región donde repitió alguno de estos artículos y los complemento con otros nuevos, al tiempo que se revelaba como un buen escritor de relatos cortos. Pero esa etapa os la contare otro día.
Suplemento Artes y Letras
Fue a raíz de cumplir 50 años el periódico La Región en febrero del 60, que se gestó la que para mí, ha sido la etapa de Oro del diario, al timón estaban los hermanos Outeiriño que se complementaban a la perfección en las facetas económica y cultural.
Llevaban ya tiempo sembrando para conseguir un increíble elenco de colaboradores, Don Ramón, Risco, Chamoso Lamas, Cid Rumbao, Tovar, Morais, del Caño, el propio Isidoro Guede se ofrecía a colaborar y Ricardo y Alejandro Outeiriño disfrutaban aportando alguna perla a la sección. Los gráficos (no había foto) eran obra de: Conde Corbal, Virgilio, Boveda, Quessada… José Luis de Dios.
Con este elenco se buscó la manera de ofrecer una sección cultural fija a sus lectores. No fue un proceso inmediato, si no que se fueron incluyendo las novedades poco a poco; el primer paso fue el 14 de febrero con el especial de los cincuenta años, que se inicia la publicación de los cuentos breves que habían resultado premiados en el concurso que para celebrar esa efeméride organizó el propio diario. La semana siguiente Álvarez Alonso comienza a presentar resúmenes del Diario de 1910. Y el día 28 se une la sección religiosa “Nuestra Fe” que en una página concentraba las habituales colaboraciones de contenido religioso, que se recibían para publicar los domingos: De alguna manera estaba naciendo lo que sería el primer suplemento Dominical de la Región. El último eslabón se uniría el 20 de marzo con la inclusión de la sección “Arte y Letras” que se convertía en la sección cultural de ese “dominical”, y que no tardo en convertirse en objetivo de los lectores que esperaban esos articulo para disfrutar y “tertuliar” los domingos.
Me uno a la sugerencia del profesor Afonso Monjardín de convertir este suplemento en un libro que permita a los ourensanos tener un cómodo acceso a la lectura de estos recuerdos que autores de tanta valía nos han legado. Y adelantándome a la replica de que buena parte ya esta rescatada gracias a la amiga Maribel Outeiriño, responsable de: Del Orense antiguo y Otras colaboraciones: Ramón Otero Pedrayo en La Región I (1958-1960) y la publicación de: El Ourense perdurable de Risco y Corbal. Se echa en falta un tercer ejemplar que recoja los muchos textos y dibujos que aun descansan únicamente en los archivos.