Fotógrafo Francesc Parés y Bartra colección personal del autor.
La plaza del Trigo
sus gentes y su fuente
No es fácil
resumir la historia de una plaza como la del Trigo, testigo de infinitas
vivencias Ourensanas. Y ese es el motivo de que, con unos años de distancia, y
nuevos datos retome la historia de esta recoleta plaza. Los “bailes” de la
fuente al descubierto
Su ubicación entre Santa María La Madre, y la
catedral de San Martiño sin olvidar la presencia de la capilla de la Magdalena,
la convirtieron en atractivo lugar para vivir y…, familias como los Temes,
los Taboada,
los Saco,
los Valencia,
y personajes como Rey Soto , el impresor Vasco Diaz Tanco, o dos de mis
mejores informantes, el añorado Luis Vila y mi amiga María
Lourdes… disfrutaron la protección de sus amplios soportales, tanto los
días de lluvia como los del tórrido calor de esta nuestra Auria. Eso junto el
paso habitual de clérigos, devotos y penitentes, atrajo secciones del mercado
local en aquella época que como ya os he contado en otras ocasiones se asentaba
en calles y plazas dando en no pocas ocasiones nombre a la zona, del Trigo por
razones obvias, los soportales eran reino de cordeleras que no perdían el
tiempo y elaboraban sus productos a la vista del público, vendedoras de paño y
velas, las escaleras de la fuente desde que nacieron,
acogieron a mantequeras, vendedoras de huevos y gallinas. La pared del patín de
la catedral servía de apoyo al negocio de la señora Rosareira, de aquellas
vender estampitas de santos, novenarios, rosarios y escapularios daba para
mantener una familia. Otro negocio
floreciente era el de zapatero remendón, o mas bien el de reparador de zuecos y
otros calzados con suela de madera también llamados “claveiros”; de este oficio
que se disponía en pequeños locales, e incluso portales, se recuerdan cuatro
personajes, (recordados por el doctor, Juan Manuel Amor de su niñez): el Picha
Gris, virtuoso del acordeón, se hizo famoso por su beligerancia durante la quiebra
de la banca Romero, él y Ramona su señora, cantaban unas coplillas censurando con dureza
a los Romero. Eran los otros tres, el señor Carballo, el Mona
y el Borrachina.
Y ya, pero bien asentados con sus
locales y personal, la carbonería de Valencia en el 2, (después de González),
la tienda de ultramarinos en el 5…. peluquería y antigüedades Bouzo
en el 4, un encuadernador en el 9, una tablajería (carnicería)…
La parte cultural corría a cargo del Circulo Tradicionalista
(Carlistas y juventud Jaimista) que tuvo su sede en el número 3 desde
prácticamente su creación a finales del siglo XIX hasta circa el 36 (desde el
16 ya no ocupaba todo el edificio), proporcionaba a los vecinos sesiones de
Teatro, baile y música, además de frecuentes conferencias de personajes de
relieve a nivel nacional, y si bien se pedía ser socio, muchos vecinos accedían
por invitación. No me atrevo a dar una ubicación exacta, pero desde luego tenia
que ser una casa amplia, (¿la de los Temes?, ¿hoy hogar del Transeúnte?), en
las fiestas se hablaba de mas de cien personas …, además de albergar actos
festivos y culturales, tenían espacio para elaborar su propio semanario: El
Radical (desde 25 julio 1910 hasta sps, finales 1913) y ofrecer clases
nocturnas para socios y familia. Ese edificio alojo también al Orfeón
Unión, aunque fue un breve periodo, tras el que dio paso a la Cooperativa
de funcionarios.
La sustituta hasta
1964 y el TROZO en el campo de la feria desde 1928
El elemento principal
de la plaza es su fuente, no es que sea la mas bella de las posibles, pero en
su momento fue imprescindible para el desarrollo de la zona, si acaso, tuvo épocas en que el vecindario lo
pasaba mal, debido a la escasez de agua que brotaba de su caño, y aunque el
señor alcalde tenía buena disposición para dar solución esta no llegaba, la
culpa era la pertinaz sequía, algunos problemas también había con la conducción
de aguas desde Montealegre, pero… vayamos por orden. Fue en el siglo XV cuando
se comenzó a tomar en serio dar servicio de agua a la ciudad, las escasas
fuentes existentes fruto de surgencias (Fontaiña (Cervantes), Dos Cabaleiros
(Arcedianos) Del Obispo, después llamada del Rey (Cruz roja)), junto con las
Burgas, no eran solución, con lo cual se hacía necesario acudir a arroyos y
manantiales; era esa una tarea incomoda
además de interminable, nunca era suficiente… es así como desde lo alto
de Montealegre se proyectaron conducciones del imprescindible líquido. La
primera fue la que surtió a la fuente de los Coiros (Plaza de San Marcial), no
solucionaba el problema, pero al menos lo paliaba, hubo que esperar hasta 1828
para que el concello planteara la construcción de la que seria Fonte Nova. La
procedencia del agua garantizaba su pureza, y durante muchos años fue
considerada la de mas calidad de la ciudad, aunque por desgracia entre la que
se perdía en la traída y la habitual sequía, eran muchas las ocasiones en que
sus caños “no cantaban” …
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Cuentan las Crónicas Aurienses, que en tiempos del Rey suevo Carriarico hacia el 555, el que en nuestra ciudad se convirtió al cristianismo tras la curación de su hijo; que en la catedral que el mismo mando construir.
En el patín que da al Trigo, existía una parra cargada de apetitosas uvas, a las que el rey bautizo como “uvas de San Martin” dando órdenes de que nadie las tocase. Un día el bufón desoyendo al Rey se atrevió a coger un racimo y al instante cayósele la mano.
El Rey conmovido por el dolor de su siervo, se postro y rogo al Santo el perdón para su bufón, y le fue concedido. (sps. Crónica de Gregorio de Tours)