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viernes, 24 de diciembre de 2021

Feliz Navidad 2021

 Rey Melchor, Adolfo Rego años 70

Al mejor rey mago Ourensano.

Este año con permiso de todos mis lectores voy a aprovechar esta “Tribuna” que me ofrece La Región para felicitaros las fiestas navideñas y al mismo tiempo rendir un pequeño pero merecido homenaje a mi amigo y colaborador Adolfo Rego Pérez. Un chaval que va a celebrar sus “primeras” 99 navidades y desde que lo conocí, gracias a su primo Amador, me ha tratado con una amabilidad y cariño  que no sé cómo agradecerle. Muchos de los datos que utilizo en mis artículos provienen de su privilegiada memoria.

   Adolfo pertenece a una familia amplia y de sobras conocida en Ourense: los Rego, a los cuales en tres de sus ramas he tenido el privilegio de considerar amigos (son algunos y algunas mas que tres, pero se haría muy largo.....), Amador Rego Villar Amor, “el abuelete”, Manuel Rego Nieto el más famoso, que no hace mucho nos dejo y Adolfo.

    Sus casi cien años como en cualquier otra persona, darían para muchas historias, pero en el caso de Adolfo, se podría escribir una enciclopedia.

   Nació en diciembre del año 22 en la calle del Peligro, (una vía hoy poco transitada que une la calle de Colon con Cervantes). Su padre fue Juan Rego y su madre Pura Pérez, ella una modista con muy buena consideración entre las damas Ourensanas, el un empleado del Banco Pastor que le abrió el camino al bueno de Adolfo, y digo esto porque además del trabajo en el banco en aquellos tiempos de pluriempleo, Don Juan gestionaba las taquillas del Campo Loña y del Teatro Principal, donde Adolfo pasaba buena parte del fin de semana.

  Sus estudios fueron en colegios que forman parte de la mejor historia de la ciudad, El Sueiro de don Manuel, la Academia de don Vicente Bóveda y el Instituto...., haber pasado por estos centros y su actividad en las taquillas el fin de semana, propiciaron que su lista de amigos no tuviera fin. 


  Le llego la edad de cumplir con el Servicio militar y eso supuso un periodo de dos años y medio lejos de la ciudad, concretamente en las montañas del Pirineo, donde el frio al igual que los buenos jamones lo curtió. Fue a su regreso cuando recupero el trabajo en el   Banco Pastor que tenía desde el 42 y tan pronto pudo comenzó a colaborar en cuantos proyectos culturales y deportivos que le propusieran. Directivo varios años del Orfeón, delegado de la federación de Billar, presidente de la de Piragüismo.....

La etapa en la que más se hizo ver, fue cuando junto a su primo Manolo Rego activaron la Comisión de fiestas de la ciudad, siendo ellos con la colaboración de los demás miembros de la comisión (otro día les hare justicia....) quienes pusieron en marcha proyectos como El Festival del Miño, el descenso del Miño en piraguas etc.

  Pero el tema que hoy nos ocupa, que es la Navidad, fue precisamente una de las obsesiones de Adolfo, en ella se implico durante mas de nueve años, en ocasiones con su traje de Rey Mago y siempre organizando y buscando como hacer felices a los ourensanos.

El objetivo principal era conseguir que esos días las penas y carencias de muchos fueran más llevaderas; y la manera de conseguirlo era a base de mucho trabajo. Pocos saben que las jornadas de los Magos ourensanos de aquellos años 60-70 (hoy no sé cómo funciona, pero me enterare y presentare voluntario a colaborar si es posible), no se limitan al desfile del día 5, sino que se complementaban con visitas que ya comenzaban el día 4 y se alargaban hasta el día 6.  La primera visita era a la Cárcel de Progreso, donde los allí “alojados” recibían unos puros que regala el concello y ropa donada por los comerciantes ourensanos. Otra visita tempranera era la del Asilo de ancianos de aquellas en la Avenida de Buenos Aires, donde algunos dulces y ropa también se repartían, en esta visita me cuentan que era habitual ver surgir lagrimas, lo que hacia la visita por un lado preciosa pero por otro muy triste....

   El día 5 era ciertamente complicado y agotador, al desfile que recorría la ciudad desde la estación Empalme hasta la plaza Mayor, se unían otras visitas que por necesidad tenían que ser ese día, Los niños ingresados en el Hospital, los que estaban en el hogar infantil, los de la Barrera,.... Todos tenían que recibir la visita de los Magos ese día para no levantar “infundadas” sospechas. Aunque para no faltar a la verdad, tengo  que confesar que ese día tenían los magos unos “primos” que hacían visitas a la Sindical, Diputación,..... Incluso Algunas empresas. El día 6 quedaban visitas como la del Sanatorio de Toen o a  las niñas que estaban en el colegio de las monjas de Sobrado del Obispo.

  Anécdotas de esos días son muchas, la principal el goce que experimentaban los reyes ante aquellos ojos desorbitados de los niños que no se podían creer la suerte que tenían con la visita de los reyes, aunque las Lagrimas de los mayores al notar esa pequeña muestra de cariño que se le ofrecía, también marcaba mucho. Al margen de esas entrañables escenas, se pueden contar muchas otras, como la de la generosidad del matrimonio Amalia González Diéguez y Manuel Gómez Soto (conocido por el Portugués das Eiroas) que durante  años financiaron con grandes donaciones los regalos de los niños que residían en la de aquellas llamada “Escuela Iglesias Ballesteros”, hoy jardín maternal en el Couto. 

  Por mis datos los magos en su visita a la ciudad han empleado los más variados medios de locomoción, desde las frecuentes carrozas, hasta los originales camellos (cuando algún circo estaba en esas fechas), pasando por caballos (que cedía la Guardia Civil y en alguna ocasión hicieron que un rey tuviera que hacer caminando el recorrido ya que el equino se negó a ser  montado), o en el 76 que se hizo en motocicletas....

  Junto a Adolfo, tuvieron el privilegio de servir a la realeza, Alcaldes, Concejales y otros muchos ourensanos que disfrutaron de unos días agotadores pero irrepetibles.

FELICES FIESTAS A TODOS LOS OURENSANOS

Y QUE LOS REYES SEAN GENEROSOS.