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viernes, 18 de diciembre de 2020

El Paseo II

     Fiestas del 36.  Todavía quedaban tres magníficos solares sin construir, Felipe Santiago mantenía su amplio jardín, el edificio Aguirre aun no estaba proyectado y en Paz Novoa aun no existía plaza, solo una modesta edificación con vivienda y un taller de ebanista, Ferro.

El Paseo que vivieron, Nuestros.... II

   Hace unos días os hablaba de los edificios y esta vez os daré unas pinceladas de como se vivía en el Paseo, esta que aun hoy en día es el centro de la ciudad, a pesar de los intentos de otras calles vecinas (Santo Domingo), y de centros comerciales artificiales tan de moda actualmente.

Parece ser que a la sociedad Ourensana, le resulto fácil reemplazar los paseos por el espolón de la plaza mayor y la calle del Instituto (Lamas Carvajal), por los recorridos en las llanuras de la larga y cómoda calle del Paseo.

    Sin punto de comparación; el viejo recorrido no ofrecía descanso; la estrechez de la calle del Instituto, no dejaba lugar a que el Café Méndez Núñez, tuviera terraza en la calle, y limitaba su presencia a las vistas desde sus ventanas,  demasiado ocultas para considerarse de buen tono (no lo he ubicado con exactitud, pero creo que en el edificio Singer; hay quien me dice que en la casa de los marqueses  de Altagracia, hoy Javier Domínguez, pero....).

 La otra opción, desde luego dulce, pero de poco aforo la ofrecía la pastelería de los Brasa (Camisería Prieto, hoy vacio), ya en la entrada de la plaza, junto con los salones de las sociedades, Casino de caballeros y Liceo.  Y lo que nadie discute es que la frialdad de la bancada del espolón, no era lo más apropiado para observar el paseo de las jóvenes ourensanas. Ese paseo con la ansiada continuación hasta el Posío por Colón, en verano, era la sana distracción de nuestra sociedad.

Jóvenes en el Paseo (Fondo Gonzalo Salgado, Foto Novo, años 50)

   Con ese panorama la apertura del Paseo contó desde un principio con todos los parabienes; y la visión comercial de los emprendedores rápidamente fructifico en la apertura de locales elegantes, donde las damas podían tomar su infusión o un refresco , mientras con discreción vigilaban a sus hijas, eh!!, no perdón, quería decir “esperaban” a sus hijas, mientras daban vueltas a la calle; ida por una acera, vuelta por la otra, mientras “otros” jóvenes iban en sentido  contrario, buscando el accidental encuentro con parada  y conversación si había confianza, sino, saludo y miradas furtivas esperando respuesta....

Cualquier Domingo, (Fondo Salgado López, años 60)

       Madrid, Moderno, París, La Marquesina, fueron de los primeros, y vieron nacer a los que más fama alcanzaron, La Bilbaína, El Miño y la aun hoy recordada Sala Auria; el listón estaba muy alto, y la competencia era muy dura seleccionando a los mejores, y estos en los últimos años fueron El Cortijo, y … hummmm, acordarme de ella se hace duro, pero tendremos que resignarnos, si, me refiero a La Ibense, (permitidme aquí , un recuerdo al soft de nata del Cortijo, y al Turrón, Fresa, Chocolate, Tuti Fruti, MANTECADO, Fri Flan, de La Ibense . …)

Algo de empuje también aporto la instalación del Club Orensano, (después conocido por Club de Tenis), que estuvo situado, en el edificio que recordamos de Celestino; la cafetería del Moderno en el Bajo y los salones sociales en el primero.

Fondo Guedes de Castro fotógrafo Augusto Pacheco 1958???

    Indudablemente, los cafés  y terrazas fueron una de las causas del auge de la calle, pero no fueron la única; pocos recordaran que la esquina del Paseo con Alejandro Outeiriño fue el centro de espectáculos en otros tiempos,  Cine Barbagelatta (de Eduardo Barbagelatta Mucci), Palacio Luminoso,  cine Pinacho, (de Isidro Pinacho), Salón de Variedades, y finalmente salón Apolo, se ocuparon de la diversión y la magia (en todos los sentidos), de los ourensanos; el relevo lo recogió el Teatro Losada, y hoy con el cambio de hábitos, la calle se ha quedado huérfana;  bueno vamos a pensar que se está reubicando.

Aunque me queda poco espacio, me apetece recordar que en esa milla de oro Ourensana tuvieron cabida negocios con tan poco Glamour, como: una exposición de tractores, Marcial Vázquez Crespo?, otra de vehículos, Barreiros Diesel, después Simca y Chrysler, un taller eléctrico, Hermanos Fraga, tienda de Electrodomésticos, Empresas Reunidas, una barbería al menos dos tiendas de Ultramarinos, aunque estas con el tiempo se reconvirtieron en casi Delicatesen adaptándose a la calle...

    Otro día continuaremos hablando de la calle, que aún nos falta recordar los centros de moda, desde Au Bon Marché, de Don Celso Ferro, hasta La camisería Aser, pasando por Layton, Peñamor……. Demasiados nombres y muchos más recuerdos, tal vez en lugar de un artículo o dos como pensaba habrá que buscar otra opción para dar cabida a todo lo que en esa calle “vivió”....