En la fotografía podéis recordar otra de las tradiciones de nuestros abuelos: en 1925 la calle del Alba, (supongo que en ese año ese era el nombre de la hoy Alejandro Outeiriño), se llenaba de ourensanos ilusionados para comprobar si su décimo le sacaría de penurias. Era el único modo de saberlo el mismo día del sorteo, ese y la radio, pero ¿quien era capaz de aguantar cuatro horas sentado esperando el numero?.
Otro detalle que seguro que muchos desconocen, es que los listados publicados el día siguiente en la prensa, no eran oficiales, ya que los datos se cogían de oído en la emisión radiofónica, no era frecuente, pero si que existían fallos, lo mismo te sentaba mal la sidra de haber celebrado el premio, que te acordabas de todos los santos por haber tirado el décimo que no aprecia en el listado y después..... Yo desde pequeño tengo la costumbre de guardarlos hasta el siguiente año, mi abuela lo hacia....
¡Que toque!. Recordad comprar al menos un numero si no es imposible que toque me lo han asegurado 👀