Páginas

viernes, 27 de marzo de 2020

San Lázaro I

Ilustración 1.- San Lázaro visto desde la esquina de Bedoya con santo Domingo (circa comienzos s. XX)

San Lázaro, El parque

    Me ocurre con excesiva frecuencia, que una de las mayores dificultades con que me enfrento para redactar estas líneas, es la de conseguir imaginar el Ourense que fue; referirse a la zona de San Lázaro como extramuros de la ciudad, se me hace como poco “Extraño”

    ..... Extramuros de la ciudad, los ourensanos aprovechaban el clima propicio y la cercanía del Miño para cultivar uno de sus tesoros: “el viñedo”; el caso es que “más allá” de extramuros; en un tiempo que no se recuerda, decidieron situar un lazareto, (hoy está prácticamente erradicada y desde luego que tiene cura la lepra, pero hubo un tiempo en que padecerla era peor que la muerte)... Estuvo esa construcción según se recuerda en el cruce de Bedoya con Santo Domingo (aprox. Gaimola) y como recuerdo piadoso al hospitalillo se construyó la capilla de San Lázaro en las proximidades.
     Fue un largo periodo de tiempo en el que aquellos lugares eran muy poco frecuentados por los ourensanos. Quizás por ello eligieron esos parajes varios establecimientos de fabricación pirotécnica, (raro era el año que alguno de aquellos barracones no saltaba por los aires, segando en ocasiones vidas, y con frecuencia manos)... También por ser lugar apartado fue el lugar elegido por las autoridades para trasladar el Pelouriño desde la Plaza Mayor, allí se exhibían y/o ajusticiaban los delincuentes, enteros o a trozos, en función de la sentencia. A falta de datos permitidme que especule con la posibilidad de que este traslado se hiciera de manera posterior a la instalación en la zona de la feria de ganados de la ciudad. (Hacia finales del s. XVIII ??).
Ilustración 2 .-Desde la misma posición aproximada vemos la antigua capilla del San Lázaro. Si os fijáis bien a su izquierda podéis entrever los tejados de las casas que albergaban a los temporeros, donde esperabais ver la Subdelegación del Gobierno. (Circa años 20)

    Situada ya la feria en el lugar, dejadme que os recuerde como estaba el entorno: la vía principal de la ciudad, pasada la alameda, era la Carretera (hoy Progreso), y la alternativa, la ofrecía la Corredoira o Barrio Novo, (hoy Santo Domingo). Así es que la única manera de llegar al Campo era el camino que hoy conocemos por Concejo; quiere esto decir que se hacía imprescindible mejorar las comunicaciones, y así es como en 1883 se procede al derribo de la casa de don Juan Igneson, la que albergaba de manera provisional las instalaciones del ayuntamiento enfrente a los jardines del Instituto (Hoy jardines del Padre Feijoo) y con ese acto nacía la calle del Paseo, esta, además de convertirse rápidamente en lugar preferido para las clases medias y altas como nueva residencia, ya sabéis que se erigió en milla de Oro de la ciudad, aunque en aquellos finales del XIX, su primer efecto fue comenzar la conversión en nuevo centro de la ciudad del Campo de San Lázaro, según cuentan las crónicas en 1886 se realizo el primer ensanche del campo.
   Inicialmente y debida a la asistencia de público a las ferias, fueron muchos los comerciantes y empresarios que decidieron instalarse en el entorno, quizás el más significativo fuera el belga Malingre Parmentier con su fundición, pero también fabricantes de chocolates, herreros, y artesanos en general buscaron su espacio en el entorno; al mismo tiempo las autoridades locales vieron en esa amplia explanada (tenía de siempre, una pequeña inclinación, que no dejaba de favorecer su uso al reducir las posibilidades de que se encharcara el agua los días de lluvia tan frecuentes en nuestra Auria), un lugar perfecto para celebraciones: misas de campaña, actos deportivos y fiestas, ¡Si! San Lázaro fue uno de los campos de la fiesta de esta ciudad, a modo de ejemplo, en 1892 se organizaron ahí, las fiestas en honor a Santa Eufemia (15 y 16 de septiembre): verbenas, carreras de gallos, cucañas, etc. Todas esas actividades supusieron una mayor afluencia, con lo cual ya en 1895 comenzó a gestarse la construcción de un nuevo acceso que cruzando el Miño llegará al vecino Canedo y lo que era más importante: su estación de tren. Ese proyecto incluyó la construcción del nuevo Puente de la ciudad, (aún se tardarían más de 20 años en verlo terminado pero ya sabemos que es tradición en nuestra provincia hacer las cosas con calma). En esos tiempos, desconozco con exactitud cuándo, se instaló en San Lázaro la fuente “mellada” que embellece aún hoy el entorno.  (Junto con la “viajera”, vino  de Osera fruto de la desamortización de Mendizabal. Los sobrenombres, son en un caso, por la falta de un buen trozo debido a un mal golpe  en el traslado y el otro es evidente: por las varias mudanzas que sufrió en su vida; al menos tres conocidas).

Ilustración 3.-  Con muy mala calidad pero creo que se aprecia la fuente del parque rodeada de varios gorrinos que acudían a la feria. (Circa principios S. XX)

 Me resulta imposible concentrar más los orígenes de esta zona de la ciudad, con lo cual me tomo la licencia de continuar en un próximo articulo con el relato del San Lázaro....