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viernes, 6 de diciembre de 2019

Las mudanzas del 65

El nuevo centro
1965 la ciudad se reinventa
Todas las ciudades tienen momentos que marcan de manera "brusca" su desarrollo; en Ourense el más significativo creo que es el que muestra esta fotografía. 
    Finalizando los 50 Blanco Amor publicaba A Esmorga, en ella se dibujaba un pueblo con unas vivencias indeseadas y un trágico final, quizás para impedir que surgieran otros Cibran, Bocas y Milhomes, Ourense decide dar el paso definitivo de pueblo a ciudad, desterrar las lagunas donde se podía ahogar un hombre, dar luz a todas sus calles, y levantar los edificios de tal manera que no se pudiera entrar en ellos sin permiso.


 Desde luego que no debemos pensar que este tipo de actuaciones se pueden desarrollar en un año concreto, esta transformación sin miedo a "estirarlo", comenzó desde aquellos finales de los 50 y llegó hasta bien entrados los 70. Fue el período que mi amigo Manuel Domínguez, www.Canedo.eu tan acertadamente definió como el de "vorágine" constructiva". 


     Por todas partes crecía la ciudad, nacían nuevas calles, y en ellas los primeros edificios, en muchos casos los compradores y por tanto impulsores de este crecimiento eran nuestros emigrantes, aquellos que con tantas esperanzas cogieron su maleta de cartón y se fueron a trabajar por un futuro (pero eso es tema de otro día).  Como decía todos los barrios crecieron, o casi “nacieron”, porque en donde había unas cuantas casitas de repente surgieron edificios de cinco, seis, siete… alturas, ese fue el comienzo de San Francisco, la Avenida de Portugal, la de Santiago, la de Zamora y Ervedelo entre otras, .  
    Pero  sin duda uno de los cambios más visibles fue en el que llamamos hoy: centro; San Lázaro, Habana, Curros Enríquez, Celso Emilio Ferreiro, Valle Inclán, Juan XXIII, etc....

    La fotografía que podéis ver directamente en Europeana y Galiciana , no es para dar un simple vistazo; es de las que tienen mucha "miga" y merece vuestra atención.  La Torre aún en construcción, se veía sola en aquellos momentos, todos los edificios que hoy la intentan arropar tanto por Juan XXIII como por la Habana, tenían que esperar un tiempo aun, de hecho a pesar de que no consigo verlo, creo que por ahí estaban las canchas del club de tenis; el taller de coches del amigo Cabo y la vieja panadería del Cartao no alteraban su ritmo a pesar de tener tal monstruo delante. La fachada a Curros Enríquez, se preparaba para despedir a varios edificios que en su tiempo fueron emblemáticos: primeros concesionarios de autos, (en el edificio que lo sustituiría se iba a instalar una sastrería con mucho futuro: El Faro ¿os suena?, quizás mejor por Adolfo Domínguez….), un chalet que aun produce sentimientos encontrados, (allí estuvo la jefatura provincial de Movimiento), y una de las primeras salas de fiestas de la ciudad El Retiro, ¡bueno! los entendidos sin duda sabrán ubicar también el mítico Coralin, pero yo al menos no lo veo, (me lo tapa el edificio que se estaba construyendo en la Esquina de Cardenal Quevedo, donde muchos recordamos la juguetería Rober.

 Si me lo permitís, os recomiendo que fijéis vuestra atención en el entorno del colegio Maristas, la calle aún a medio urbanizar, los baños que tenían en la entrada, aquella que era de tierra y en invierno suponía una penuria para los zapatos de los alumnos, la viña que después se agregó para poder edificar el pabellón del colegio. Las casas de Bedoya que crecían desmesuradamente..... ahhh y otro detalle: en la imagen no se puede ver la céntrica Juan XXIII, por el encuadre, pero también por otra poderosa razón: aun no existía…

    Otra anécdota podríamos recordar para marcar el fin de este periodo: a finales del 67 dos jóvenes promesas de la canción actuaban en nuestra sala Auria y al día siguiente se veían obligados a retrasar su marcha por el mal tiempo; así casi sin querer en una habitación del Hotel se pusieron a componer un tema sencillo, ellos se llamaban Manolo y Ramón (el Dúo Dinámico), y aquel tema no fue otro que el La, la, la que Massiel encumbro al número 1 en Eurovisión. Lo que más llama la atención, y quizás sea indicativo de los momento de esplendor que viva la ciudad, es que siendo tan escasa la oferta hotelera, hasta tres establecimientos cuentan en su anecdotario, el ser cuna de esta canción. Hotel Parque, el Barcelona e incluso el San Martín, este último se inauguró oficialmente en Julio del 68…

 En aquellos años, los niños teníamos nuestros primeros escarceos con la televisión, las consolas que conocíamos eran muebles de recibidor o salón. Y en las fiestas disfrutábamos viendo como Chacolín le zurraba a la bruja. 1968