Existe la probabilidad de que los retratados sean padres
escolapios venidos de Francia tras su expulsión en 1880.*
Los Escolapios en Celanova
Cuesta entender a estas alturas que un
territorio como las Tierras de Celanova, continúe siendo un desconocido incluso
para muchísimos Ourensanos. Tengo buenos amigos que trabajan denodadamente para
cambiar esa situación, recordando que la Galicia de interior hoy tan olvidada,
contiene muestras esenciales para entender nuestra historia. Hoy como
agradecimiento por su trabajo, me uno a ellos, recuperando esta fotografía
“creo que desconocida” y los datos del paso de los Escolapios por Celanova.
En 1867 regia la
diócesis Ourensana el Obispo José de la Cuesta Maroto, y un celanoves de prestigio,
Cesáreo Fernández Losada era Diputado a Cortes; a ellos y a la corporación
municipal se atribuye la llegada de los Escolapios a la villa de Celanova.
El monasterio de
Celanova fue uno de los que más sufrió con la llamada desamortización de Mendizábal;
su importante biblioteca, buena colección de arte y otros objetos de interés
desaparecieron o en el mejor de los casos fueron recuperados para la biblioteca
provincial y la Comisión provincial de Monumentos, lo de en el mejor de los
casos puede sonar a broma sin serlo, porque el incendio del instituto en 1927
se llevo entre llamas la mayor parte de aquellas joyas.
Al margen de los tesoros
del interior, al propio edificio monástico desde la expulsión de sus claustros
de la comunidad Benedictina, se le dio uso como cuartel, cárcel e incluso como almacén
de grano y deposito de sal, sufriendo un tremendo deterioro (alguna pared ya se
había desplomado), que llevó al Estado a realizar una cesión del usufructo en
favor del ayuntamiento Celanoves. Inteligentemente el corregidor de la villa y
sus ediles comienzan la restauración al tiempo que buscan dar utilidad al
edificio, para ello piden ayuda al
Obispo Maroto y a su paisano Cesáreo Fernández. Entre 20 y 30 mil duros se
llevaban invertidos cuando por fin el 22 de mayo de 1867 se recibe en el
Ministerio de Gracia y Justicia una petición para que se autorice el
establecimiento de un colegio de los Escolapios en el convento y aunque se sabía
que gozaba de todos los parabienes, no fue hasta enero del 68 que se recibió el
permiso.
De las ganas que
se tenían para ver el colegio funcionando nos habla la premura de las obras de
acondicionamiento para las que en junio se recibían los últimos 5000 duros que
dono el Obispo y se anunciaba para el mes siguiente la inauguración.
Uno de los primeros padres escolapios destinado al centro
fue el hoy Santo, Padre Faustino Miguez,
quien tuvo un papel relevante en la inauguración.
Postal Novo Monforte circa 1925 |
La actividad el
primer y segundo año por mis datos tuvo un cierto grado de provisionalidad lo
que no significa inactividad, los niños de la villa en especial los de menos
recursos comenzaron a disponer de clases y entre otras cuestiones los Padres
consiguieron que al tiempo que se instalaba la estación meteorológica del
instituto provincial Ourensano, en el convento se pusiera en marcha otra
exactamente igual.
Fue el curso del 1870- 71 cuando ya estaba todo reglado;
para comenzar el curso se ofrecían estas opciones (según recogía el BOP): Primer
año: Latín y Geografía. 2º año Latín Geografía e Historia Universal. 3º año
Retorica y poética, Historia Universal, Aritmética y Algebra. 4º año Geometría
Trigonometría Historia de España Física Química, complemento de matemática y dos
lecciones de higiene cada semana. Se requería un certificado de bautismo
únicamente para comprobar la filiación, además deberían aprobar un examen de
doctrina cristiana y otras asignaturas amen de abonar 5 pesetas por derecho de
examen; y en caso de pasar las pruebas los derechos de matricula serian de 30
pesetas. (Desde luego no era barato precisamente, pero de alguna manera habría
que cubrir gastos; los demás alumnos eran de enseñanza gratuita). En mayo de
1871 para completar estudios se añadiría una cátedra para 5º año en filosofía.
Con esta oferta educativa, se consiguió pasar de los 1000 alumnos en el centro,
lógicamente el grueso lo formaban los niños de primera y segunda enseñanza (mas
de 800). Si tenemos en cuenta que el censo de Celanova recogía 5000 almas en el
año 1881, podremos hacernos una idea de la importancia del centro para toda la
comarca.
Al igual que otras comunidades religiosas, en los años 30,
la situación política no era favorable a su continuidad, ya en 1929 el estado había
recordado que la propiedad del Monasterio pertenecía en usufructo al concello,
y aunque desde el primer momento se pidió la continuidad de sus labor; los
padres analizando la situación deciden abandonar el centro. Habían sido 62 años de trabajo, más de 20000
niños que por su labor habían tenido acceso a una educación, con lo que supuso
de beneficio para toda la comarca.
El día 4 de enero de 1930, solo quedaban en el centro un par
de Escolapios para ultimar el traslado; ya los internos no volverían de las
navidades y los alumnos de las clases gratuitas perdían su “colegio”. Aquel “Poleiro”
(nombre por el que se conoce el claustro del convento) se quedaba sin pollitos
y se preparaba para una ocupación indeseada; pero eso ya es otra historia.
*podrían estar en la fotografía los padres Luis Alvilla
García (historia de España) y Felipe
Fernández Vinuesa (Historia Universal), designados profesores del centro en
marzo de 1880
Grabado de la Ilustración Cantábrica 1882 |