¿Recordáis esos
carricoches, como el que está a la derecha de la imagen?, las panaderas los
usaban para el reparto. (Foto Conservada en el Museo Etnolóxico de Ribadavia
Fondo Guedes Pacheco)
Hace unos días publiqué en el blog esta entrada, supongo que muchos la recordaréis; el caso es que me gusto ese recuerdo de mis diez - doce años y me apetece compartirlo también con los que me siguen en La Región. (perdón por la duplicidad). He cambiado una foto y un par de detalles para que no sea igual.
*Mi Progreso y Quin Dacunha…..
Buenos recuerdos,
Unos amigos de
Taboadela me prestaron unas imágenes para ellos muy importantes porque le
recuerdan a un familiar. A mí me devuelven a la infancia, cuando ese
tramo de Progreso entre la gasolinera y la alameda era: "mío".
De la Alameda al cruce de Cardenal
Quiroga (hoy Alejandro Outeiriño) nada escapaba a nuestro infantil control,
bueno si acaso la acera de los pares, pero es que esa era muy aburrida,
Obispado, Simeón (aunque no soy tan mayor, recuerdo aun las oficinas bancarias
y los almacenes, hoy como todos sabéis es el centro cultural Marcos Valcárcel)
Diputación, nada interesante, el resto, bueno.... La imprenta Popular donde
descubrí aquellas "prensas terribles" que en alguna ocasión vi
funcionar cuando una de las actividades en los días previos a la navidad
era coleccionar calendarios de equipos de fútbol, (otros niños ya mayores que
nosotros cogían unos que escondían rápidamente en el bolsillo y el que se los
daba ponía una cara como de complicidad, ¿serian postales de santos?). A
continuación una de las ferreterías
que poblaban la calle (cuatro creo recordar) y a su lado la droguería de
Pastor Fábrega que era lo que quedaba en la zona, del emporio
familiar, (el edificio de la esquina, propiedad de los Espada se conocía de
aquellas como casa Fábrega, por la farmacia de don Luis Fábrega situada en el
bajo). Ahh me olvidaba en el portal al lado de la imprenta estaba
un kiosco de
los que te permitían cambiar "chistes y novelas", pero yo era mas de
Marina en la calle de la Paz, por eso se me olvidaba. El tramo siguiente de la
calle ya era “muy lejos”, había un aroma que nos atraía (Mil hojas), la armería
de Marcial…., pero eso ya es otra historia.
Ahora que escribo estos datos, se
me amontonan los recuerdos, perdonadme si están un poco embarullados. También
me estaba olvidando de citar al comercio que ocupó después el local de la Farmacia Fábrega: Modas Nathalie Confección
femenina, regentado por la mujer de Antonio el de "El Águila" Confección
masculina (mis vecinos), El local de Antonio estaba donde los mayores de 70
sitúan la mítica peluquería de Linares, esquina Progreso con Reza, (hoy allí está
un negocio de venta de Santos); otro día os hablaré de Antonio con más
datos, buena gente y un gran coleccionista de coches….
Hoy con
estas imágenes delante voy a descubriros uno de mis secretos de infancia, nada
grave ni escabroso, pero en casa no lo sabían, y eso a los diez años....
¿Recordáis un local muy pequeño casi sin escaparate que estaba enfrente aprox.
del cruce de Cardenal Quiroga?, seguro que sí. Era Bicicletas Dacunha.
El local, aparentemente era muy
pequeño, pero por unas escaleras accedías a la exposición de bicicletas
"para mi" (os recuerdo que tenía +-10 años), más alucinante que
podías imaginar, pero lo mío no eran las bicicletas nuevas, de hecho era muy
raro que yo pasara por ahí. Al lado del local había una puerta de acceso al
edificio, y al entrar por ella en lugar de subir las escaleras, continuabas
hacia el fondo y por un pequeño pasillo llegabas al "reino de
Dacunha"; confieso que algo mío, también.
Aunque hablo de
cabeza y sabéis que me falla más de la cuenta, recuerdo que llegabas a
una zona al aire libre con varios habitáculos pegados a la pared, en ellos
estaban las herramientas para solucionar cualquier problema de "aquellas"
bicicletas, lo de aquellas va con segundas , hoy se habla de fibra de carbono,
acero etc etc, de aquellas los frenos eran de varillas de acero….. ¡Bueno a lo
que iba!, el caso es que en verano principalmente me dejaban ir a la alameda
con la bici, y yo cogí por costumbre antes pasar por el taller; no recuerdo
como, ¿quizás la amistad con José Luis del restaurante Orensano que seguramente
Dacunha conocía por vecindad?, no sé. El caso es que poco a poco lo que
en un principio era dar aire a las ruedas se fue convirtiendo en pasmar viendo
como se arreglaba un pinchazo, como se sustituía un radio de la rueda, como se
ajustaban las zapatas del freno, o como se recolocaba la dinamo de aquellas
bicis que llevaban luz...... Como os decía, no recuerdo si yo me ofrecí a
revisar un neumático pinchado o si Dacunha me pidió ayuda para algo, el caso es
que poco a poco fui haciendo pequeños apaños, localizar el pinchazo
metiendo la goma en un pilón que allí había, y marcándolo para que el “jefe” lo
arreglara, hasta que llego un momento en el que me permitía que desmontara
alguna rueda o ajustara un freno, ¡no os confundáis!, nada que ver con trabajar
en negro o explotación infantil, se trataba de pasar el rato, echar una mano y
aprender, eso sí, no recuerdo haber pagado nunca por un recambio para mi vieja
BH, (era de mi hermano, yo la herede), y en más de una ocasión unas pesetas
para un chicle en el kiosco me lleve.....
Progreso
años 70. Archivo personal de amigos de Taboadela (Kary Losada, Santi Mera....)