Fotógrafo José Pacheco
Circa 1914
VGPJ1930000285
Pulpeiras en la feria de Ourense
Papel prensa, Foto del archivo Vida Gallega
Detalles: Pocos son los que desconocen que el mejor pulpo del mundo se
come en el interior de Galicia.
Desde aquellos remotos tiempos (s.XII) en que la comunidad
de monjes de Osera recibió el legado de un viejo militar de noble familia y
abundante fortuna, de nombre Diego Arias. Este hombre que decidió terminar sus días
en la tranquilidad del Monasterio Ourensano, aportó a la comunidad tierras y
derechos en la lejana villa de Marín.
Comenzó a recibirse así
en el hermoso Escorial gallego, producto procedente de nuestros mares y ricas
costas, era el justo pago de diezmos y rentas de quienes se aprovechaban de
aquellas fincas. Uno de esos productos era el “pobre” cefalópodo, en aquellos tiempos de escaso valor comercial. Fue de aquellas cuando comenzó a fraguarse la
fama que aun hoy tiene el pulpo a la Gallega; las mujeres del pueblo de Santa María de Arcos (Carballiño), actrices
fundamentales en esta historia, se encontraron con un producto poco agradable a
la vista, y de textura algo correosa a
pesar de las largas cocciones. Poco a poco fueron descubriendo el secreto para
transformar en un manjar aquel extraño animal. Rehidratar, golpear, zambullir y
finalmente dejar reposar se convirtió en el “ritual” preciso para que con un generoso
chorro de buen aceite de oliva, un poco
de pimentón, (picante o dulce al gusto), y en ocasiones un toque de ajo. Hummmm.
Aprovechando la foto y el recuerdo del pulpo, anotad en
vuestras agendas que el día 21 de octubre se va a recuperar la Feria del 21, ocasión
perfecta para meter al cuerpo unas
talladas de buen pulpo y una copita de Ribeiro….
Para completar la información, tenéis un muy interesante artículo de Don Miguel Ángel González
García en la red. Este es el enlace Artículo Miguel Ángel