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viernes, 15 de septiembre de 2017

El negocio de los Chantada

En la fotografía quienes supongo los `propietarios posan al final del larguísimo mostrador de madera que tenia el comercio

Fotógrafo Desconocido
Circa 1904??
SMDE19040000278
Los Chantada, paqueteria.
Cristal, Placa de la familia Mosquera, hoy depositada en la biblioteca de la Diputación

  Detalles:  Hacia finales del XIX recalaron los García en nuestra ciudad, el primer negocio conocido y el que mantuvieron en funcionamiento durante más tiempo, fue una paquetería situada en la calle de Lamas Carvajal, de aquellas del instituto. Fue don Manuel García García quien la abrió, pero en toda la ciudad se conocía como el comercio de los Chantada por ser su lugar de procedencia, evitando así confusiones con el negocio de don Fermín García situado en la cercana plaza Mayor o el de Hissigar (Hijos de Simeon Garcia) en la plaza de Santa Eufemia.


    Se trataba de la típica tienda de paquetería de aquellos años, en las que se vendía un poco de todo, predominando los cortes de tela, pero pudiendo encontrar utensilios de cocina, mercería e incluso mobiliario y ferretería; yo llegue a conocerla y fui cliente de la tienda; allí como todo un hombre de 9 o 10 años subía por aquellas empinadas escaleras de la entrada para comprar libretas y lápices, de los que tenían mas variedad que algunas librerías.
  El bajo que ocupaban los García, estaba en la casa que con el tiempo fue conocida como de los Zarauza, por ser propiedad de los industriales de ese apellido, en ella residieron los Marqueses de Altagracia, (el arquitecto Alés Reinlen y su señora María Luisa Zarauza), el comerciante Arturo Noguerol y en la planta alta estuvo una oficina de consumos. Hoy después de una profunda restauración y ampliación, es la casa de uno de los hermanos Domínguez,

    Por matrimonios y esas cosas que tiene el orden de los apellidos, la rama más recordada de la familia en la actualidad es la de los Mosquera. Me honro con la amistad de algunos de sus miembros, y aprovecho para enviar un abrazo públicamente al entrañable Santiago, quien sigue dando muestras de su fortaleza siendo un placer encontrarlo en sus paseos matinales y disfrutar de una de esas reconfortantes sonrisas.